
El tráfico de mercancías del puerto de Barcelona suma entre enero y noviembre 59 millones de toneladas, un 9,2% anual menos.
De igual manera, el enclave también acumula en el período un tráfico total de tres millones de contenedores, con un retroceso de un 7,5% con respecto al mismo período del año 2022.
Pese a las caídas, los responsables de la dársena barcelonesa estiman que la recuperación de tráficos se está consolidando, toda vez que el tráfico de contenedores llenos de importación, exportación y tránsito muestra en noviembre crecimientos anuales.
Así mismo, en este panorama también desatacan los crecimientos que registran los tráficos de graneles sólidos y de vehículo terminado.
En este sentido, el puerto catalán suma 4,4 millones de toneladas de graneles sólidos, con un incremento anual de un 8,8% que se cimenta en los buenos registros que tienen los cereales y harinas, cemento y clinker, sal común y haba de soja.
Sin embargo, pese el crecimiento en productos químicos, el tráfico de graneles líquidosretrocede un 14%, afectado por la bajada de todos los hidrocarburos.
Por otro lado, el tráfico de vehículos sigue creciendo con 723.838 unidades acumuladas y un incremento anual de un 48% que se extiende a todas las operaciones de importación, exportación y tránsito.
En este contexto, los responsables del enclave detectan que la difícil situación económica se deja sentir en los retrocesos que experimenta el tráfico de contenedores llenos hacia China, los Estados Unidos y Turquía, mientras que, por contra, el movimiento de contenedores llenos de importación se acerca cada vez más a las cifras positivas.