Ante el inminente inicio de las negociaciones para el Brexit, desde la Unión Internacional del Transporte por Carretera, IRU, recuerdan que es esencial que la administración británica y la Unión Europea lleguen a un acuerdo en numerosas cuestiones que afectan a la industria del transporte, uno de los motores de la economía del continente.
Tanto el mercado británico como el de la UE dependen en gran medida uno del otro, por lo que es preciso debatir sobre ciertos asuntos, como la facilitación del comercio a través del Convenio TIR, los trámites y derechos aduaneros, la infraestructura necesaria en las fronteras, el reconocimiento de documentos y formación, y los pesos y dimensiones de los vehículos.
Una de las puntos a tener en cuenta es el del acceso a la profesión, así como el acceso al mercado de transporte, lo que implica también determinar si se permitirá el cabotaje de los operadores británicos en la UE y viceversa. Asimismo, se deben estudiar las condiciones de trabajo, como los tiempos de conducción y descanso.
Periodo de transición
Si no se toman decisiones sobre todos estos aspectos, el transporte de mercancías por carretera entre Reino Unido y la Unión Europea podría enfrentarse a una situación caótica. Por ello, desde la IRU destacan la importancia de contar con un sistema que ya esté funcionando en el momento en que el país abandone la UE, ya que de otro modo, el comercio se vería seriamente afectado.
En este sentido, en la Organización consideran que debe haber un periodo de transición suficientemente amplio como para que todos los operadores de transporte puedan planificarse y adaptarse a las nuevas condiciones que se negocien.
Actualmente, más de 4,4 millones vehículos de transporte de mercancías se mueven cada año entre Reino Unido y la Unión Europea. El nivel de exportaciones desde el país británico hacia los países de la UE asciende a 21.350.000 toneladas anuales que llegan a su destino por carretera, mientras que desde estos países se envían a Reino Unido 26.816.000 toneladas al año.