La compañía ya anunció que hasta mayo no podría solucionar lo que fue una acumulación sin precedentes de contenedores en terminales europeas, hecho que le que obligó a paralizar las reservas el 23 de marzo.
El problema es que los exportadores europeos que realicen reserva de carga en los buques de Maersk se enfrentarán a mayores tarifas de flete y a tiempos de tránsito más largos que antes de la suspensión.
Maersk por su parte, ha aplicado un aumento de la tarifa general 300 dólares por contenedor desde principios de mayo.
La compañía también ha introducido en sus servicios un buque súper lento en cinco trayectos entre Europa y Asia, extendiendo el tiempo de tránsito en siete días. Está previsto añadir un buque adicional a cada cada trayecto para ayudar a reducir la capacidad en la ruta.
Maersk atribuyó el atasco de carga en el norte de Europa a las consecutivascancelaciones que se realizaron tras las fiestas del Año Nuevo chino, lo que redujo la capacidad de retorno en Europa en un momento de creciente demanda.
La suspensión repentina llevó a varias compañías competidoras a imponer recargos de emergencia entre Europa y Asia, así como los envíos de sanciones “no show”. Aunque según Maersk, otras líneas dejaron también de aceptar reservas, por los mismos motivos.
La naviera asegura que la demanda ha continuado creciendo con fuerza hacia Asia, a pesar de los consecutivos aumentos en las tarifas generales en febrero, marzo y abril.