El presidente de El Corte Inglés, Dimas Gimeno, ha afirmado recientemente en Madrid que "si se hacen bien las cosas, se podrían repartir pedidos en 30 minutos, que sería un tiempo imbatible".
Esta afirmación es un órdago bien fundamentado en uno de los principales campos de batalle del e-commerce, las entregas ultrarrápidas, frente a los grandes e-tailers, precisamente cuando el modelo de la gran distribución está en cuestión y las grandes multinacionales del comercio electrónico ganan terreno a pasos agigantados.
Gimeno quiere poner en valor con su afirmación la presencia de El Corte Inglés sobre el terreno, ya que cuenta con 94 centros repartidos por toda España, así como la potencia de su surtido que abarca referencias que van desde moda hasta los accesorios o la alimentación, y aboga por dar un giro de tuerca a estas potencialidades transformando sus establecimientos, según sus propias palabras, "en un lugar que no sólo sea un lugar donde comprar, sino que también puedan hacer las veces de almacenes".
Además, el máximo responsable de El Corte Inglés, insiste, como ya hizo hace unas semanas, en la necesidad de buscar vías de colaboración para afrontar los retos que supone esta revolución en la manera en que los clientes se relacionan con sus compras.
En este sentido, Gimeno ha afirmado que "es el momento de colaborar y de encontrar los que nos une, compartirlo aunque pueda ser complicado, y establecer alianzas".
Con sus recientes afirmaciones, el presidente de El Corte Inglés da muestras de que ha entendido el reto que propone el mercado, ha valorado muy oportunamente las fortalezas de su empresa y ahora solo queda meter una marcha más a un modelo de negocio que ha sido un éxito durante décadas en España.