Se explicarán los efectos que está teniendo el conflicto en el Estrecho de Bab el Mandeb y la incidencia del Canal de Suez en la actividad del puerto de Tarragona.
Un 2% del tráfico marítimo mundial ha cambiado de ruta desde que los terroristas hutíes empezaran a atacar buques al paso por las costas yemeníes en el mar Rojo a mediados del pasado mes de diciembre.
Una vez se garantice el paso seguro por el Mar Rojo hacia el Canal de Suez sin temor a ataques, los operadores marítimos tendrán que gestionar una situación de exceso de oferta crónico.
El Fondo Monetario Internacional detecta una brusca caída en los tránsitos por estas dos vías cruciales para el comercio marítimo internacional, mientras que se disparan los pasos por Buena Esperanza.
Con el proyecto, se pretende lograr la duplicación completa del canal en ambas direcciones para aumentar su competitividad, así como incrementar su capacidad para poder acoger todas las categorías y tamaños de buques de la flota mundial.
Las alteraciones de los flujos marítimos en los canales de Panamá y Suez hará que se incrementen los precios de productos energéticos y de alimentación, haciendo que la inflación aumente.
Además de esta disminución en el tráfico, otras tensiones geopolíticas y consecuencias climáticas están generando perturbaciones en el comercio mundial disparando los costes.
La situación en el Mar Rojo, cada vez más grave, está causando importantes perturbaciones en la cadena de suministro y corre el riesgo de obstaculizar a corto plazo las entregas "just in time" a determinadas industrias.
El tráfico de mercancías en el Canal de Suez ha pasado a una media diaria de tres millones de toneladas, en contraste con los 4,7 millones registrados en la primera semana de 2023.
Es demasiado peligroso para muchos buques navegar por el Mar Rojo y, por tanto, también por el Canal de Suez, que es la principal arteria para el comercio mundial.