Los portacontenedores 'MSC Gina' y el 'MSC Diego', ambos de unos 4.000 TEUs de capacidad y con bandera de Panamá, han sido los buques atacados, aunque no se han registrado daños.
Se espera que los fletes se mantengan fuertes a corto plazo, pero podrían debilitarse a partir del segundo semestre de 2024, pues a medida que vuelvan a aumentar los tránsitos por el Mar Rojo y el Canal de Panamá, se acortarán las distancias de navegación.
El Índice de Emisiones de Carbono de Xeneta y Marine Benchmark alcanzó los 107,4 puntos en el primer trimestre de 2024, el nivel más alto desde que comenzó a elaborarse.
La proximidad geográfica al Estrecho, así como la congestión que sufren otros puertos, ha posibilitado el posicionamiento privilegiado de Valencia como concentrador de carga para su posterior distribución al Mediterráneo oriental.
Como los petroleros navegan cada vez más a través del Cabo de Buena Esperanza debido a los ataques en el Mar Rojo, la demanda en toneladas-milla ha crecido un 12% interanual, que llega a un 13% en el caso de los petroleros limpios.
Se ha registrado un fuerte descenso de la capacidad de escala en los puertos principales del Mediterráneo oriental y central, mientras que los del Mediterráneo occidental han mostrado una mayor resistencia.
Desde noviembre, los hutíes empezaron a atacar buques en el Mar Rojo y el Golfo de Adén, y simultáneamente, se ha incrementado la actividad de la piratería frente a la costa oriental de Somalia.
Una vez se garantice el paso seguro por el Mar Rojo hacia el Canal de Suez sin temor a ataques, los operadores marítimos tendrán que gestionar una situación de exceso de oferta crónico.
Comienza la construcción de la segunda fase de la Nueva Terminal de Contenedores del puerto de Cádiz, mientras el puerto de Barcelona y Adif han puesto en marcha Train Port Barcelona para impulsar el transporte ferroviario de mercancías.