La pandemia y todo lo que ha venido desde el primer trimestre de 2020 ha transformado de manera radical la visión social del sector logístico y de transporte.
En pocos meses, unos sectores oscuros, relegados por áridos y poco sexy al trato de prensa especializada y los muy cafeteros, pasaron a convertirse en los abanderados de la resistencia frente a una crisis sanitaria global, casi como la reserva última de una sociedad amenazad.
Los trabajadores del transporte y la logística se convirtieron de repente en héroes, una condición que se disfruta lo que duran las antorchas de los focos.
Lentamente todo ha ido volviendo a la normalidad, con los sobresaltos propios de procesos que nunca han sido uniformes y así, la logística y el transporte han regresado a sus lóbregos puestos de partida.
[sumario]El transporte ha jugado un papel esencial para la economía en los tres últimos años y sigue jugándolo a la vista de la evolución de la oferta”.[/sumario]
Sin embargo, esto no ha sido totalmente así. En la memoria de muchos fondos y de grandes inversores han quedado los problemas que han causado la oferta de transporte y los efectos económicos y sociales que han tenido algunas de las disrupciones en las cadenas de suministro que se han vivido en los cuatro últimos años.
Esto ha sido así especialmente en el transporte de mercancías por carretera, un segmento en el que a una oferta escasa se suma un acuciante problema de falta de conductores profesionales.
En definitiva, la escasez de camiones ha hecho que los precios de los servicios de transporte hayan crecido, mostrando el mecanismo de este mercado.
Algunos inversores estiman que la entrada en el sector les ayuda a hacerse con oferta de transporte.
Además, con la oferta ciertamente estrangulada, el transporte de mercancías por carretera también vive dos grandes procesos llamados a transformar radicalmente el sector. Son la digitalización y la descarbonización.
El primero implicará un impulso a la productividad del transporte, mientras que el segundo tiene un gran potencial para reducir el impacto medioambiental de uno de los sectores económicos considerados más contaminantes.
Tanto la digitalización como la descarbonización están contribuyendo a modificar radicalmente el mercado de transporte de maneras que aún desconocemos y que significarán un antes y un después para las empresas de transporte.
Un momento de transformación
En definitiva, parece claro que un momento de cambio tan trascendental como el actual no hace más que despertar el interés por la evolución de un segmento que, además, se ha demostrado como una actividad fundamentalpara las economías más avanzadas y que, al haber estado relegado durante décadas, ofrece grandes oportunidades para la inversión y para la consolidación, especialmente en un país como España donde predominan las empresas de transporte de tamaño reducido.
Además, dentro del transporte de mercancías por carretera algunos segmentos parecen más proclives a movimientos, dado su papel estratégico en algunas de las cadenas de suministro más críticas.
Este es el caso del transporte frigorífico, que de unos años a esta parte parece vivir un período de gran interés.
A los movimientos protagonizados por grandes empresas del país como El Mosca, Acotral o Transportes Fuentes, han ido dando continuidad nuevas operaciones quizás de menor volumen, pero que señalan claramente que se sigue avanzando por la senda de consolidación.
Olano ya se ha hecho con un importante hueco en el transporte frigorífico español.
En este sentido, ESP Solutions ha seguido adelante con su proceso de expansióneste 2023 con la compra de las valencianas Transrocamar y Frío Alquería.
Otro tanto ha hecho Ontime con la adquisición de la también valenciana Capitrans.
Antes, en los primeros meses de este mismo año, la vascofrancesa Olano tomó el control total de la albaceteña Caudete Logística, cerrando definitivamente una operación que se había iniciado en noviembre del año pasado.
También en el último trimestre de 2022 se formalizó la entrada de Logista en El Mosca, con el visto bueno de Competencia en el bolsillo, con un 60% del capital de la murciana y en movimiento que tiene toda la pinta de ir a más.
Unas semanas antes, Lineage Logistics completó también la compra del Grupo Fuertes.
Todas estas operaciones marcan una tendencia evidente a la concentración, tanto a través de empresas del propio sector, como por medio de la entrada de otros actores e inversores.
La estructura del frigo pide cambios
En este contexto, parece que esta línea de actuación aprovecha que el segmento del transporte a temperatura controlada cuenta con una estructura heterogénea, en la que conviven algunas grandes compañías, con flotas medianas y pequeñas empresas.
Además, los últimos años han sido duros para este sector. A las dificultades para trabajar con eficiencia durante la crisis sanitaria han seguido algunos problemas entre los que destaca el incremento de algunos costes fundamentales para el sector como el combustible.
De igual manera, la sequía que se vive este año y que afecta a lo volúmenes que se mueven este 2023, junto con la espiral inflacionista, hacen que hayan disminuido los servicios de transporte, dejando a algunas empresas asfixiadas y con poco músculo ya que les permitiera mantenerse a flote.
Otro de los factores que impulsa este atractivo del transporte frigorífico español es el destacado papel que juegan la flota española en el transporte internacional dentro de la Unión Europea, como segundo país de la zona económica con más camiones tras Polonia.
En esta preponderancia de las empresas españolas de transporte frigorífico en Europa ha contribuido la potencia del sector hortofrutícola españoly su capacidad para llegar a cualquier mercado del continente, apoyado por unas empresas de transporte eficaces y que han contribuido decisivamente a no disparar los costes de estos perecederos en sus mercados de destino.
[sumario]El transporte frigorífico español ha jugado un papel esencial para la competitividad de los productos hortofrutícolas del país.”[/sumario]
En esta misma línea, frente a los países del este, España tiene otra baza importante que es el rol en los tráficos cada vez más pujantes entre Marruecos y la Unión Europea, con la perspectiva cada vez más evidente de que África gana enteros para convertirse en un área de gran crecimiento de cara a las próximas décadas, tal y como evidencian los movimientos que vienen realizando en este continente algunos de los principales actores de la cadena de suministro a escala global.
En este sentido, las empresas españolas de transporte frigorífico vienen trabajando con seriedad y rigor el mercado marroquí, de tal modo que muchas de ellas se han hecho un hueco en un segmento que tiene un gran potencial por el fuerte y sostenido crecimiento que vienen registrando las exportaciones de frutas y verduras hacia la Unión Europea, al abrigo de los jugosos acuerdos comerciales suscritos. Así pues, factores como un mercado muy fragmentado que ofrece posibilidades de concentración y una posición geográfica privilegiada hacen que el transporte a temperatura controlada esté concitando intereses de múltiples actoresque quieren hacerse con una posición en un mercado competitivo y que genera grandes expectativas.
Dentro del propio sector se aventura que los movimientos empresariales continuarán, que hay hueco y posibilidades para nuevas operaciones y que la situación de algunas empresas se presta a estas operaciones.
