Señales contradictorias en el sector del transporte frigorífico

En los últimos meses, el transporte frigorífico emite señales contradictorias sobre su situación.

16/10/2018 a las 1:07 h

Algunas cifras relacionadas con volúmenes llaman a un moderado optimismo de cara a la próxima campaña del transporte frigorífico, mientras que otras relacionadas con precios o situación financiera de las empresas del sector dibujan un panorama sombrío.

Las quejas sobre las presiones de los clientes en relación con los precios y las condiciones del transporte son norma común entre los empresarios del transporte frigorífico que suelen declararse al borde de la extenuación tras una crisis que lejos de fortalecer a los supervivientes parece haber dejado a los que han conseguido superarla en los huesos.

En este panorama, nuevas incertidumbres acechan al transporte: el número creciente de desvíos a autopistas de peaje, cambios en los impuestos que gravan el consumo de combustible, prohibición del descanso en cabina o las dudas sobre si los conductores profesionales deben ser considerados trabajadores desplazados.

La mayor parte de estas circunstancias incidirán en aumentos de costes para las empresas de transporte, en momentos en que los volúmenes a transportar crecen por encima de los precios, estrechando los márgenes, cuando, además, la escasez de conductores obliga a las empresas a incrementar sus costes laborales para retener a sus chóferes.

Sin embargo, los costes laborales son, precisamente, uno de los elementos clave de la competitividad de las empresas de transporte frigorífico junto con el coste del combustible, en momentos en que las condiciones de acceso al mercado parecen a punto de cambiar, cuando el ROTT acabe con el límite de flota mínima y, al mismo tiempo, este mismo Reglamento traiga un nuevo régimen sancionador.

Sin embargo, el espectáculo debe continuar. La campaña de octubre está a punto de llegar y las previsiones anuncian que los volúmenes y la demanda en los principales mercados seguirá la tónica de 2017. Para muchos, esta situación no da para tirar para cohetes, pero la profesionalidad y el pundonor del transportista frigorífico le llevará, como suele ser habitual, a sacar adelante el trabajo.

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