Los inversores están regresando con confianza a los mercados inmobiliarios internacionales, apostando por una mayor diversificación geográfica y sectorial, según un reciente informe de Collers.
El trabajo también constata que el mercado nota una mayor llegadade liquidez y que las expectativas de precios se están normalizando, tendencias todas ellas que alimentan el optimismo de cara a 2026, a pesar de que persisten las presiones de costes y los riesgos geopolíticos.
De manera particular, los inversores parecen apostar por la estabilidad y las oportunidades a través de estrategias activas y controladas.
En este sentido, un 49% de los inversores se decantan actualmente por inversiones directas y cuentas segregadas, mientras que las joint ventures y las fusiones y adquisiciones ganan terreno.
A su vez, los fondos de capital privado y secundarios están invirtiendo cada vez más tanto en entidades propietarias de activos como en negocios operativos.
Además, un 37% de los inversores prefiere estrategias core y core-plus, aunque solo un 9% de los fondos inmobiliarios en captación se orientan a estas estrategias, lo que evidencia una desconexión entre el apetito inversor y la oferta de fondos.
Con más detalle, el trabajo apunta que los activos industriales y logísticos siguen atrayendo capital, especialmente en Alemania, los Países Bajos el y Reino Unido, mientras que la península ibérica muestra una actividad creciente. Al tiempo, Italia y los mercados de Europa Central y del Este despiertan mayor interés gracias a sus precios competitivos y su conexión con las cadenas de suministro europeas.
Por otro lado, los centros de datos han supuesto un 31% de los fondos inmobiliarios globales captados entre enero y septiembre de 2025, convirtiéndose en el segundo tipo de activo más demandado a nivel mundial.
Concretamente, en Europa, Oriente Medio y Asia, el sector está creciendo rápidamente, impulsado por la demanda de industrias como la inteligencia artificial, la tecnología y la defensa, aunque, al tiempo, el acceso a energía y la normativa de sostenibilidad siguen siendo factores limitantes.