La nave 2A de la ‘Ciudad del Transporte Illescas Montepino’ ha obtenido las certificaciones BREEAM New Construction Outstanding y LEED Building Design and Construction Platinum, merced a las medidas sostenibles impulsadas para mejorar la operatividad energética de las instalaciones, su consumo de agua y el bienestar de sus trabajadores.
De este modo, el activo, ubicado en una parcela de 98.500 m2 de superficie y con una superficie bruta alquilable de 58.821 m2, se convierte en uno de los pocos con doble verificación en España y el primero de este nivel en Europa.
Particularmente, en materia de eficiencia energética, el diseño y la construcción del activo han posibilitado una reducción del 88% en su consumo energético primario y del 99% en sus emisiones de CO2. Estas cifras implican que el rendimiento energético del inmueble alcance una mejora del 90,7%, por encima de la media en su segmento. Por otro lado, la consecución de estos porcentajes se debe a la instalación de contadores más avanzados, el uso de sistemas renovables, la aplicación de luces LED y la utilización de materiales reflectantes que evitan el denominado efecto “isla de calor”.
Por lo que respecta al uso responsable del agua, la instalación de aparatos sanitarios más efectivos ha reducido un 65% el consumo hídrico del interior del edificio y, al tiempo, también se han aplicado medidas de drenaje sostenible, como balsas de retención con el propósito de evitar inundaciones y escorrentías contaminantes.
Adicionalmente, la calidad ambiental interior de la nave se ha optimizado mediante la selección de materiales certificados por su baja emisión de COVs, reduciendo la exposición a contaminantes.
Por otro lado, la edificación cuenta a su vez con estaciones de carga eléctrica para vehículos, así como instalaciones adecuadas destinadas a usuarios de bicicleta y suficientes plazas reservadas para programas de vehículos compartidos.
Finalmente, de cara a impulsar criterios ecológicos y reducir la contaminación, se han tomado medidas orientadas a mitigar el impacto ambiental durante la obra, de tal modo que el Plan de Gestión de la Biodiversidad del emplazamiento ha sido elaborado por un ecólogo y más del 95% de los residuos generados durante la obra han sido reutilizados, reciclados o recuperados.