El Internet de las Cosas se perfila como una tecnología clave para impulsar la eficiencia, la automatización y la economía circular en sectores de muy diversa clase, como el agroalimentario, el industrial, el inmobiliario o el sanitario. Se trata de una tecnología cuyas aplicaciones seguirán extendiéndose en 2026, según explican desde UnaBiz, donde creen que uno de los sectores en los que más impacto seguirá teniendo será el logístico.
En este campo, el IoT resulta clave para garantizar la trazabilidad. A través de dispositivos conectados es posible localizar camiones, contenedores e incluso paquetes individuales desde el origen hasta el destino final, conectando todos los eslabones de la cadena de suministro: almacenes, vehículos y centros de distribución.
Esto favorece la disminución de incidencias y retrasos, mejora la seguridad y permite reorganizar las rutas de transporte en tiempo real. En sectores como la alimentación o la industria farmacéutica, el IoT también puede ser clave para asegurar la calidad de los productos mediante sensores de temperatura y humedad en transporte refrigerado, evitando pérdidas por cortes de frío.
En lo que respecta a los nuevos edificios, la Ley de Eficiencia Energética exigirá que sean climáticamente neutros a partir de 2030. Para ello, será clave la implementación de sensores, que recopilan datos de forma continua, para anticipar fallos, monitorizar consumos y ajustar la climatización de forma precisa, reduciendo las emisiones.
A esto se sumará el desarrollo de gemelos digitales, capaces de reproducir virtualmente infraestructuras con datos térmicos, estructurales y energéticos, así como el uso de inteligencia artificial para la automatización y mantenimiento predictivo. En entornos urbanos, la sensorización de procesos, como la recogida de residuos, reducirá la huella de carbono e impulsará la economía circular.
Más seguridad y mejor optimización de recursos
Desde UnaBiz España creen que adoptar soluciones IoT será no solo una cuestión tecnológica, sino estratégica, para cumplir con la normativa, aumentar la competitividad y alcanzar modelos más eficientes. Además, esta tecnología será una aliada fundamental para el refuerzo de la seguridad de las personas y los entornos, ayudando a preparar recursos con antelación ante una emergencia y brindar una mayor protección.
Por ejemplo, a través del despliegue de sensores, se podrán detectar cambios en la temperatura o la humedad, enviando alertas en tiempo real para actuar antes de que se desate un incendio. Igualmente, gracias a dispositivos y plataformas de visualización IoT, que recopilan datos en tiempo real sobre la temperatura de las instalaciones, será posible aplicar medidas eficaces para evitar enfermedades.
Disponer de información continua sobre niveles de CO₂, humedad y temperatura contribuye también a mejorar la salud en ciertos entornos, indicando cuándo se debe ventilar un área. Por otra parte, la incorporación de sensores conectados y sistemas IoT ayuda optimizar el uso de recursos sin comprometer la eficiencia operativa, gracias a contadores inteligentes y monitorización en tiempo real.