El Proyecto ReSChape, financiado por Horizonte Europa, ha finalizado tras tres años de investigación, aportando herramientas prácticas, indicadores sociales y recomendaciones de política pública para impulsar la resiliencia y sostenibilidad industrial en Europa. Una de sus conclusiones es que Europa avanza hacia cadenas de suministro más resilientes y sostenibles frente a los desafíos globales, problemas logísticos y nuevos cambios en la legislación.
Durante su desarrollo, se ha creado el Radar ReSChape, que permite evaluar y seguir la capacidad de resistencia y sostenibilidad de las cadenas de suministro de las empresas. También ha elaborado guías prácticas para mejorar la gestión de proveedores, la externalización de servicios logísticos y la prevención de riesgos.
Además, ha diseñado un sistema de contabilidad social para medir el impacto social y laboral de las decisiones empresariales, y ha analizado cómo afectan las principales regulaciones europeas a la economía. El equipo de investigadores y expertos de ReSChape ha elaborado también una serie de recomendaciones de políticas públicas dirigidas a mejorar la coordinación entre países y a impulsar la innovación en el sector.
En sus propuestas a la Comisión Europea, el proyecto plantea la necesidad de unificar las normativas dentro de la Unión, reforzar el apoyo interno a las cadenas de suministro y garantizar condiciones justas de competencia en el comercio internacional. En cuanto a las recomendaciones a los Estados miembros, se propone clarificar los marcos institucionales nacionales, aumentar la transparencia mediante directorios digitales que recojan las autoridades responsables de aplicar las normativas, y fortalecer los programas de apoyo a las empresas.
También se sugiere invertir en infraestructuras digitales que faciliten el cálculo rápido de emisiones y la trazabilidad de productos, así como fomentar una mayor participación de la industria en el proceso legislativo europeo. Las conclusiones del proyecto subrayan la necesidad de acciones complementarias como crear indicadores estandarizados de sostenibilidad social, desarrollar un sistema contable monetario social o establecer un Observatorio Europeo de Cadenas de Suministro.
