Los cambios legales para prohibir la carga y descarga y para regular las indeminzaciones por paralización activan una lenta transformación de la relación entre cargadores y transportistas, según refleja un estudio sobre gestión de muelles elaborado por el Centro Español de Logística y Fieldeas, y dado a conocer esta semana en Madrid.
Para este trabajo se han realizado entrevistas a 82 cargos directivos de granes empresas cargadores y de transporte, con las que se han elaborad tanto un análisis cuantitativo con dos cuestionarios segmentados y un análisis cualitativo con dos focus group multisectoriales.
Con todo ello, el informe del CEL y de Fieldeas extrae doce conclusiones que reflejan una doble perspectiva, la de los cargadores y de los transportistas en relación a la situación que dibuja el nuevo panorama legal resultante.
Conclusiones del estudio
De manera particular, el primer lugar, el estudio concluye que las modificaciones legales no han supuesto cambio estructural, pero sí cultural. En este setndio, la nueva normativa no es una transformación disruptiva, pero ha actuado como catalizador de un cambio cultural que se dirige hacia la profesionalización y la mejora de las condiciones laborales en el sector.
Así mismo, las nuevas normas también han contribuido a generar una mayor concienciación sobre la necesidad de una mayor colaboración, que impulse más trazabilidad y digitalización.
En segundo lugar, el trabajo también detecta un impacto desigual según tipo de empresa, ya que, mientras los cargadores han percibido mejoras en planificación y visibilidad operativa, los transportistas no constatan mejoras operativas tangibles, aunque sí en el ámbito laboral por la prohibición de la carga y descarga..
Así mismo, el análisis de CEL y Fieldeas confirma que los tiempos de espera se mantienen como una fricción persistente. Con más detalle, un 69,23% de los transportistas y un 53,5% de los cargadores han observado que los tiempos de espera superan los límites legales.
Por otro lado, el estudio apunta a un incremento moderado de costes operativos para loscargadores que se concentra en la adaptación de las infraestructuras a la nueva situación y en la contratación de personal adicional para atender el nuevo esquema.
En quinta posición, el trabajo constata que la relación entre los cargadores y los transportistas se mantiene sin cambios, pese a la reforma legal. Al mismo tiempo, sin embargo, se apunta que la nueva normativa fomenta la cultura de colaboración.
Por otro lado, el estudio confirma que las medidas tecnológicas y organizativas son las más efectivas para mitigar impacto del cambio y, al tiempo, también certifica que existe un consenso entre cargadores y transportistas en relación a que se necesita normativa más clara y flexible.
Además, el trabajo encuentra una fuerte disparidad en el avance de la digitalización. De manera particular, el proceso de transformación digital pone sobre la mesa un reto para transportistas por la fragmentación tecnológica que sufren y que les genera una sobrecarga administrativa.
De igual manera, el estudio del CEL y Fieldeas, consluye que, pese a todo, la digitalización constituye un palanca clave de futuro con soluciones interoperables y sencillas, aunque su principal freno es la falta de integración y la resistencia al cambio.
Por último, el análisis deja ver un futuro digital optimista, pero con ciertos matices y en el que loos retos siguen centrados en coordinación y visibilidad.
Por un lado, para cargadores los desafíos se centran en planificación, visibilidad y tiempos de espera, mientras que para transportistas el reto sigue siendo la reducción de los tiempos de espera.