Según un estudio de CargoON y la UPF-BSM

La colaboración empresarial, un elemento clave para afrontar la complejidad de las cadenas de suministro

El reto para impulsar la colaboración no es tanto conceptual como operativo, pues es necesario alinear visión, liderazgo y tecnología para convertir la colaboración en una práctica estructural, escalable y generadora de valor compartido a largo plazo.

10/06/2025 a las 10:52 h
El documento examina el estado actual de la colaboración entre empresas en el ámbito logístico.
El documento examina el estado actual de la colaboración entre empresas en el ámbito logístico. Foto: CargoON

En un momento en el que las cadenas de suministro afrontan numerosos desafíos derivados de un entorno cada vez más globalizado, complejo e incierto, CargoON y la UPF Barcelona School of Management han presentado un estudio sobere “La colaboración empresarial en la gestión de las cadenas de suministro”, elaborado con la colaboración del Spanish Shippers’ Council, Transprime.

El documento examina el estado actual de la colaboración entre empresas en el ámbito logístico, para identificar sus beneficios, barreras y posibles soluciones, desde una perspectiva tanto científica como práctica. La principal conclusión es que colaborar ya no es una ventaja competitiva, sino una condición estratégica indispensable para la continuidad operativa de las empresas.

En este sentido, puede decirse que la colaboración mejora la eficiencia, incrementa la calidad del servicio, refuerza la resiliencia, fomenta la innovación y permite avanzar hacia modelos más sostenibles, si bien su implementación real sigue siendo moderada. Según Andrei Boar y Oriol Montanyà, coautores del proyecto y profesores de la UPF-BSM, las empresas son conscientes de los grandes beneficios que supone, pero reconocen que todavía no se lleva a la práctica de una manera decidida por barreras culturales, tecnológicas y operativas.

Las barreras culturales tienen que ver con la falta de confianza o culturas divergentes, mientras que las tecnológicas están relacionadas con sistemas poco integrados o baja interoperabilidad, y las operativas con procesos logísticos incompatibles y con la carga burocrática.

Además, las micro y pequeñas organizaciones enfrentan sobre todo barreras normativas y relacionales, pero las medianas comienzan a experimentar dificultades de integración tecnológica, y las grandes lidian con retos más estratégicos, como la alineación cultural. Las empresas más colaboradoras del estudio coinciden en que la inversión tecnológica es clave, pero aseguran que su impacto depende de que exista previamente una base organizativa alineada.

El reto no es tanto conceptual como operativo, explica el informe, pues es necesario alinear visión, liderazgo y tecnología para convertir la colaboración en una práctica estructural, escalable y generadora de valor compartido a largo plazo. Se trata de una estrategia que, si se planifica y ejecuta bien, puede marcar la diferencia entre el éxito y el estancamiento en entornos competitivos.

Una cadena colaborativa no solamente contribuye a mejorar la productividad y fortalecer el servicio, sino que también responde mejor a las expectativas del cliente y a situaciones de crisis, y permite desarrollar soluciones que serían inalcanzables individualmente, además de promover la innovación y la sostenibilidad.

No obstante, sigue siendo imprescindible reforzar el liderazgo, la voluntad de cambio y la capacidad de implementación para transformar la colaboración en un elemento estructural, sostenible y generador de valor compartido a largo plazo.

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