Las empresas del sector "lifestyle" se caracterizan por su dinamismo, su orientación al cliente final y la importancia estratégica de su logística, además de tener en común la complejidad operativa y la presión por ofrecer una experiencia de cliente impecable, aspectos que han situado a sus cadenas de suministro como un factor diferencial de competitividad.
En este contexto, Miebach Consulting España ha querido determinar cuáles eran sus principales retos y tendencias logísticas. Para ello, ha llevado a cabo un estudio que ha contado con la participación de numerosas empresas del ámbito de la moda, la belleza, el lujo, el retail, la alimentación y bebidas premium y otros segmentos relacionados.
Así, la primera de estas tendencias es, sin duda, la digitalización. La implementación de tecnologías como torres de control, sistemas TMS e IoT ha ganado terreno en los últimos años en el sector, pues casi la mitad de las empresas participantes ya las ha adoptado para mejorar la visibilidad operativa. No obstante, un 21% de las organizaciones aún no ha iniciado procesos de digitalización logística, lo que evidencia una brecha significativa.
En segundo lugar, dado que el 87% de las empresas encuestadas ha registrado un crecimiento de las ventas online en los últimos tres años, se ha hecho necesario rediseñar modelos logísticos tradicionales hacia esquemas orientados a la entrega directa al cliente, impulsando iniciativas de automatización y mejoras en la gestión de inventarios.
Por otro lado, la volatilidad de la demanda, identificada como un reto prioritario por el 78% de las empresas, ha llevado a una adopción intensiva de herramientas de análisis de datos sell-out, forecasting avanzado y procesos colaborativos como el S&OP o IBP. A corto plazo, se anticipa una fuerte inversión en inteligencia artificial y soluciones de visibilidad de extremo a extremo.
Otra de las tendencias clave es la apuesta por la sostenibilidad en su estrategia logística, siendo las iniciativas más extendidas la medición de la huella de carbono y la colaboración con proveedores. Para los próximos dos años, el foco estará en la reducción de emisiones indirectas de alcance 3 y en el uso de tecnologías que aporten visibilidad ambiental en la cadena de suministro.
Finalmente, los servicios de valor añadido juegan un papel clave en el sector de "lifestyle", siendo fundamentales la diferenciación en el punto de venta y la experiencia del cliente. No obstante, conllevan una serie de desafíos como la reducción de plazos de entrega, el incremento de costes o la dificultad para prever la demanda.
El estudio, en definitiva, confirma que el sector ha entendido que debe adaptarse a un escenario volátil, manteniendo una cadena de suministro ágil, pero es necesario seguir apostando por la evolución tecnológica y organizativa.