El sector de la logística y el transporte ha cerrado el segundo trimestre de 2025 con un total de 1.265.400 ocupados, lo que supone un aumento del 6,8% respecto al mismo periodo del año anterior, mientras que el conjunto de la economía española ha experimentado un crecimiento del 2,7%, según los datos de la Encuesta de Población Activa.
El presidente de UNO, Francisco Aranda, ha valorado con cautela este repunte, al considerar que responde principalmente a factores estacionales asociados a picos de consumo como la Semana Santa, la campaña de rebajas y la temporada estival. En este sentido, considera que “falta una hoja de ruta clara que estimule la productividad, la inversión y la consolidación de puestos de trabajo estables y con mejores salarios reales”.
Así, se ha referido a la necesidad de transformar un mercado de trabajo “estructuralmente frágil y condicionado por un modelo normativo que castiga la creación de empleos y los incrementos salariales”. Según ha explicado, las empresas operan en un entorno “rígido e intervencionista, con escaso margen para adaptarse a las necesidades productivas y con un modelo de negociación colectiva cada vez más erosionado”.
Asimismo, ha incidido en el impacto sobre el empleo que supone el aumento de los costes laborales y de la presión fiscal: “Un aumento del 1% en estos costes puede traducirse en una caída del 0,37% del empleo; por ello, es urgente rebajar cotizaciones y evitar nuevas cargas que dañen la competitividad empresarial”.
En este contexto, Aranda ha calificado como “especialmente dañino” el Anteproyecto de Ley para la reducción de la jornada laboral, pues “afirmar que reducir el tiempo de trabajo incrementa la productividad es rigurosamente falso. Sin embargo, aumentos de productividad sí que favorecen tanto reducciones de jornada, como incrementos salariales y más contrataciones”. A su juicio, es necesario apostar por la flexibilidad y por la adaptación de las infraestructuras a unos hábitos cambiantes de la demanda.
Por otro lado, Aranda se ha referido al enfriamiento de la economía que ha constatado el Banco de España, indicando que esta tendencia se ve agravada por “las exigencias normativas del Ministerio de Trabajo, el desbocado nivel de absentismo laboral, y una incertidumbre global creciente, que no solo lastra la productividad, sino que debilita gravemente la capacidad del tejido productivo para crecer, transformarse y generar más empleos y mejor remunerados”.
Finalmente, ha asegurado que es necesario “un cambio de rumbo en la regulación” para que España pueda atraer inversiones y las empresas del país sean más competitivas y productivas, lo que derivará en un mercado laboral más fuerte.