Competencia multa a Prosegur y Loomis por repartirse el mercado de transporte y manipulación de fondos

Se ha impuesto una multa por un valor total de 46,44 millones de euros a las dos empresas y se ha sancionado con 52.600 euros a dos directivos.

17/11/2016 a las 18:08 h

prosegur-transporte-de-valores-y-efectivo El inicio de la investigación se produjo a partir de una denuncia anónima.

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha multado con 39,4 millones de euros a Prosegur y a su filial Prosegur Servicios de Efectivo España, y con siete millones a Loomis Spain, por repartirse el mercado, acordar precios e intercambiar información comercial sensible en el transporte y la manipulación de fondos. 

Se trata de una infracción única y continuada del artículo 1 de la Ley de Defensa de la Competencia, y del artículo 101 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, que se ha producido durante al menos 7 años, desde 2008 hasta 2015, y que ha supuesto también una sanción de 52.600 euros a dos directivos de estas empresas. 

El inicio de la investigación se ha producido a partir de una denuncia anónima informando de lo sucedido en dos concursos para la recogida, transporte y custodia de fondos, efectos de franqueo y filatélicos del Grupo Correos en noviembre de 2014.

Una vez realizadas las inspecciones en las sedes de Prosegur y Loomis y tras la instrucción del expediente, se ha considerado que se habían llevado a cabo acuerdos y prácticas concertadas para el reparto del mercado de servicios de transporte y manipulación de fondos en España.

La existencia de estas prácticas anticompetitivas ha quedado acreditada, entre otras vías, a través de las manifestaciones de los propios empleadoscontenidas en los correos electrónicos.

Diferentes estrategias en función del tipo de contrato o cliente

Tal como como señala la resolución, las estrategias de las partes han sido diversas, en función del tipo de contrato, del servicio o del cliente a quien debían prestar el servicio. 

Así, se ha constatado, por un lado, un reparto de servicios de clientes estratégicos, en la mayoría de los casos de los lotes en los que se dividen los contratos, y por otro, un reparto de clientes a través de la preservación de los servicios a favor de una de las empresas, usando para ello la figura de la subcontratación.

Estas actuaciones han generado la existencia de un duopolio que les ha permitido eliminar la presión competitiva y mantener prácticamente inalterada su posición durante un prolongado periodo de tiempo, impidiendo la entrada o expansión de nuevos competidores.

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