Las instalaciones de Verdet Carratalá en Valencia acogen actualmente al histórico camión Leyland Comet, importado en el año 1949 y vuelto a carrozar por el Grupo Guillén el 1974 debido al mal estado de la carrocería, que no se adecuaba a las necesidades de su propietario.
Su diseño clásico, proporcionado y sencillo, sin estridencias ni cromados extremos, demuestra el sólido concepto de la época, cuando primaba la practicidad y la robustez de las líneas y los vehículos se fabricaban para durar. Por su parte, el estilo británico queda reflejado en sus grandes placas con la inscripción ‘El Camión Inglés Leyland’.
El grupo, que en aquel momento fabricaba las carrocerías de forma artesanal para ubicarlas sobre los chasis de los camiones de los clientes, tuvo que realizar un arduo trabajo, que implicaba una gran labor técnica y un exhaustivo conocimiento de la mecánica y la restauración de antiguas carrocerías.
Para ello, se basó en una estructura metálica y durmientes de madera, con laterales, frente y trasera recubiertos de placas de poliéster. Por su parte, los sobrelaterales contaban con una estructura metálica y perfiles de aluminio tipo yugo, con barras de acero tipo Almería y una arquillada de tubo redondo de 25 milímetros tipo TIR.
El suelo de la carrocería, se realizó en madera tropical de Mobila, con omegas de acero galvanizado entre las uniones de los tablones de madera. Los pilares centrales eran de cuña forjada y siguen manteniendo las cadenas de refuerzo en la parte interior, que se utilizaban principalmente en las cargas a granel.
Se emplearon muchos días y horas de trabajo para recuperar el aspecto del vehículo con sus elementos originales. De hecho, se conservan pequeños detalles, como un soporte para los arquillos en la parte frontal de la marquesina y un cajón interior para transportar objetos de valor.
Desde entonces, Verdet Carratalá sigue confiando en Guillén y actualmente utiliza los semirremolques del fabricante en su versión de cunas portabobinas, dada su trayectoria en la industria del metal.