Con la preceptiva autorización administrativa otorgada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, la planta de regasificación de El Musel da un paso adelante para que pueda estar operativa en un plazo de entre seis y ocho meses.
El trámite se ha producido tras el informe favorable de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia y ahora el proceso continúa para su puesta en funcionamiento definitiva con la tramitación del reconocimiento del régimen económico por parte de Competencia, un régimen especial para que pueda utilizarse como una planta para servicios logísticos de gas natural licuado, con la orden de puesta en marcha por parte del Ministerio y con la puesta a punto técnica de la terminal, por parte de Enagás.
Así pues, se estima que la planta podría estar en funcionamiento para uso logístico en un plazo de entre seis y ocho meses, con capacidad para descargar y cargar más de cien barcos de GNL al año.
Se estima que el uso logístico de la regasificadora de El Musel contribuirá a la seguridad de suministro de energético en Europa, algo especialmente relevante en el contexto europeo actual de reducción de la dependencia del gas ruso, ya que la terminal gijonesa permite la descarga de buques de GNL procedentes de diversos países productores y la recarga rápida de barcos hacia diferentes destinos europeos.
La planta de regasificación dispone de una capacidad de almacenamiento de 300.000 m³ de GNL, repartida en dos tanques de 150.000 m³ cada uno.
De igual modo, la instalación también cuenta con unas instalaciones de atraque y descarga diseñados para los buques metaneros más grandes de mundo, los QMAX, de hasta 266.000 m³.