El próximo lunes 18 de febrero, 20.000 trabajadores de la compañía Iberia están llamados a la huelga en defensa de la integridad y viabilidad “de una empresa histórica del sector aéreo español que pudiendo ser competitiva será, finalmente, desguazada”, asegura UGT en un comunicado. Además, el lunes está convocada una concentración de trabajadores en la Terminal 4 del aeropuerto de Barajas a las doce del mediodía.
Para el sindicato, el plan de transformación presentado por la Dirección de Iberia esconde, en realidad, “un plan de desmantelamiento, una suerte de voladura controlada que tendrá como principales damnificados los 3.807 trabajadores que pretenden despedir amparándose en la nueva reforma laboral, además de una brutal reducción de salarios, un descenso en su oferta comercial, una disminución importante del número de aeronaves y el cierre de rutas estratégicas”.
Plan de desmantelamiento
UGT denuncia que el plan de desmantelamiento está “perpetrado” por las cabezas pensantes anglosajonas, especialmente liderado por el consejero delegado de IAG, Willie Walsh, y ejecutado de “forma sumisa” por la Dirección de Iberia y su consejero delegado, Rafael Sánchez Lozano dado que el presidente, Antonio Vázquez, “está desaparecido”. Y tampoco olvida recordar que el plan cuenta con “la vergonzante complicidad de todo el consejo administración de la aerolínea española”.
En un todo muy duro, el comunicado de UGT deja claro que el plan “tiene como último objetivo la conversión de Iberia en una filial subsidiaria de British Airways, en una aerolínea de tercera que se sostenga sobre una mínima estructura laboral y comercial, abandonando cualquier iniciativa de desarrollo futuro, de mejora de su competitividad a medio y largo plazo, de retracción inicial y posterior expansión”.
Asimismo, reitera que los sindicatos “hemos realizado múltiples esfuerzos por definir un espacio para el acuerdo de cara a conseguir una necesaria mejora de la competitividad de la empresa”, pero “no sido posible”, asegura.
Por todo ello, en la huelga de cinco jornadas consecutivas que se inicia el próximo lunes, los trabajadores de Iberia “se juegan mucho más que una injustificada reducción de plantilla, salarios y condiciones sociales”. En opinión de UGT, en esta partida “con cartas marcadas y trufada de trileros”, los trabajadores de Iberia son el último dique de contención que impida el fin de un modelo de gestión industrial en el que nuestro país no ha sido, precisamente, ejemplo de buen hacer, “pero respecto al cual Iberia se ha revelado como el contrapunto a imitar, buscando siempre la rentabilidad no sólo para accionistas, trabajadores, clientes y sectores dependientes, sino para la propia empresa, entendida ésta como motor de crecimiento y mejora para el resto de actores implicados”.