Queridos Reyes Magos:
A buen seguro, ya estáis preparando vuestro viaje a España para iniciar la operación de transporte que más ilusiones, esperanzas y alegrías despierta durante todo el año entre nuestra sociedad. Saberos afortunados por ello porque lo de abastecer supermercados, llevar las compras a casa o transportar medicamentos y material sanitario ya no es visto como un trabajo esencial, sino como un simple trámite casi invisible y, a menudo, agraviado y maltratado. Sólo cuando hay que salvar la Navidad, abastecer las zonas afectadas por una dana o sufrimos una pandemia mundial, todos se acuerdan de nosotros.
El caso es que desde Conetrans y de colega a colega, quiero advertiros de las ‘facilidades’ que encontraréis en estos próximos días para que vuestros regalos lleguen a todos los hogares la madrugada del 6 de enero. No tardéis mucho en partir desde Oriente porque por aquí están pensando en mejorar el control de la jornada laboral, con lo que el reto de mantener la cadena de suministro y la conciliación de nuestros profesionales, a primera vista, se antoja imposible.
Seguramente os encontraréis con ‘alguna’ restricción al tráfico y, al igual que vosotros, acostumbrados a dormir al raso, nuestros conductores se ven obligados a pasar noches enteras en áreas de descanso remotas, sin luz, sin wifi y sin duchas ni aseos. Estas restricciones a la circulación sin sentido impiden también que nuestros conductores puedan llegar a sus casas para disfrutar de unos días entrañables con sus familias.
Lo de abastecer supermercados, llevar las compras a casa o transportar medicamentos y material sanitario ya no es visto como un trabajo esencial, sino como un simple trámite casi invisible y, a menudo, agraviado y maltratado.
Si a vosotros os obligasen a detener la marcha, al menos, podréis estar con vuestros pajes y séquitos, sin ese terrible sentimiento de soledad que sufren nuestros conductores. Y si, por casualidad, os llega una multa por circular en un tramo restringido, no os alarméis: ¡es solo un ‘obsequio navideño’ cortesía de la DGT! Como ellos mismos han reconocido, a veces sancionan camiones sin molestarse en comprobar si tienen autorización para circular. Como podéis ver, en la carretera, la lógica y el sentido común están de vacaciones… Mientras la burocracia nunca descansa.
Traed camellos nuevos, sofisticados y de cero emisiones. Vigilad lo que comen esos días porque ya no dejan entrar al centro de las ciudades con vehículos que emiten gases contaminantes. ¡Ah! Y que no sean euromodulares, porque lo que hasta hace poco parecía la solución a tanta contaminación y a la acuciante escasez de mano de obra se ha convertido ahora en algo casi proscrito, que sólo puede transitar por una red de carreteras escasa y de difícil acceso.
Extremad la precaución: hay carreteras tan bacheadas y parcheadas que se parecen más a los caminos que en su día os llevaron a Belén que a una red transeuropea de transportes. Evitad, entre otras muchas vías, la AP-7, carretera convertida en foco de accidentes, al parecer, únicamente por culpa de los transportistas y no por la dejadez y el abandono al que han relegado a esta infraestructura.
Otras carreteras, en cambio, siempre están restringidas al tráfico para nuestros camiones, obligándonos a circular por autopistas de peaje, aunque tengamos que dar interminables rodeos, incrementando considerablemente los kilómetros recorridos, con la pérdida de tiempo, dinero y el impacto medioambiental que ello conlleva. Quizás necesitéis instalar en los camellos la famosa baliza V16 que convertirá los accidentes en una cosa de niños. Si podéis, traeros unas cuantas: ¡ban a ser el regalo estrella de esta Navidad!
Os pido que el director general de la DGT nos dure muchos años más en el cargo, no vaya a ser que llegue alguien con ideas renovadas, con la intención de escuchar al sector, dispuesto a mejorar nuestras condiciones y decidido a dignificar el sector.
Ya veis, Majestades, la cantidad de ‘facilidades’ con las que los transportistas nos encontramos cada día. Por eso os pido que el director general de la DGT nos dure muchos años más en el cargo, no vaya a ser que llegue alguien con ideas renovadas, con la intención de escuchar al sector, dispuesto a mejorar nuestras condiciones y decidido a dignificar el sector para convertir el transporte de mercancías en una profesión atractiva para las nuevas generaciones. ¡Sería todo un despropósito!
No os dejéis engañar por su inconfundible parecido con Papá Noel: es un tipo entrañable, aunque aún no haya descubierto que detrás de cada camión hay personas reales dejándose la piel para que todo funcione, pasando estas fechas tan señaladas lejos de sus familias, sacrificando momentos, abrazos y risas que la mayoría de la sociedad da por garantizados.
Queridos Reyes, os deseo suerte en vuestro camino y, sobre todo, que no os olvidéis de vuestra magia, porque, creedme, los que nos dedicamos al transporte de mercancías por carretera necesitamos mucha para desempeñar nuestro trabajo con dignidad y profesionalidad.
Con todo mi afecto,
Javier Arnedo Rubio
Presidente de Conetrans