La energía se ha convertido en el nuevo factor estratégico. ¿Cómo no hemos sido más conscientes? Casi cada semana vivimos acontecimientos que condicionan nuestro día a día, como sociedad y ecosistema económico y productivo. Desde apagones eléctricos que paralizan cualquier actividad, accidentes que bloquean canales comerciales, guerras que alteran las rutas de transporte y el suministro de determinados bienes. Cada crisis nos recuerda que la estabilidad depende, en gran medida, de cómo gestionamos y generamos la energía.
Las disrupciones a las que estamos sometidos han situado el acceso a la energía (fiable y limpia) como un elemento decisivo en la actividad económica de nuestro país y muy en concreto para la industria inmologística. Según el informe “Perspectivas de la cadena de suministro 2026” de Prologis, muchas empresas experimentaron interrupciones en el suministro energético durante el último año, aunque solo una minoría cuentan con sistemas de respaldo avanzados.
Nueve de cada diez compañías afirman que estarían dispuestas a pagar un sobreprecio por ubicaciones con una infraestructura energética fiable. La conclusión es clara: la energía es el nuevo factor de localización. Insisto, es un problema de “distribución” de la energía y su fiabilidad. Como país debemos gestionarlo con la profundidad y la atención que merece, con independencia del color o cambio político.
Pero, ¿queremos cualquier tipo de energía? El acceso a energía limpia y renovable es clave y la inmologística tenemos un papel protagonista en esta transición. Más allá de ofrecer metros cuadrados, creamos espacios capaces de generar, almacenar y distribuir energía de forma eficiente. Las plataformas logísticas del futuro y presente deben ser ecosistemas energéticos que refuercen la resiliencia de la cadena de suministro. Cada kilovatio que producimos ayuda a nuestros clientes a reducir sus costes operativos y su huella de carbono, impulsando su competitividad y sostenibilidad. La economía se digitaliza y electrifica cada vez más.
En Prologis llevamos años impulsando esta transformación, apostando por la energía solar y estamos en el camino de alcanzar 1 gigavatio de capacidad solar y almacenamiento en baterías in situ, con 825 megavatios ya operativos. Este avance convierte nuestros parques en nodos energéticos capaces de abastecer a nuestros clientes (y también a la comunidad) con energía limpia, reducir emisiones y reforzar la independencia energética de un sector que necesita garantizar su fluidez. Trabajamos con nuestros clientes para que la transición energética sea una oportunidad de generación de valor compartido que impulse el crecimiento sostenible.
La movilidad eléctrica forma parte de esta transición. La infraestructura energética que desplegamos contempla la movilidad de los usuarios de nuestros parques y de la actividad de última milla, facilitando la adopción del vehículo eléctrico gracias a soluciones de recarga. La energía y la movilidad se integran para transformar la cadena logística en un ecosistema digital y sostenible, donde ambas convergen para impulsar una economía logística más limpia y eficiente.
Estas acciones se enmarcan en un compromiso común: alcanzar las cero emisiones netas en nuestra cadena de valor para 2040. Un calendario realista, Prologis Net Zero, con hitos y medidas que demuestran que sostenibilidad y competitividad avanzan de la mano. Y es que, en el nuevo mapa logístico global la energía se ha convertido en un punto de referencia que orienta la estrategia y el crecimiento de nuestro sector.