Con China colocada como principal suministrador de productos para el planeta, la cadena de suministro se coloca en primera línea de la confrontación geoestratégica global, mientras los Estados Unidos y la Unión Europea maniobran para reducir esta dependencia que pueden suponer un factor crítico a nivel político y comercial.
En contexto económico relativamente favorable, las empresas españolas se centran en los costes de la energía, los precios y la demanda sus principales preocupaciones, mientras que las tensiones en las cadenas de suministro pierden puestos.
La irrupción de la IA puede suponer una mejora en los procesos de la cadena de suministro, además de otras ayudas cuya aplicación también sirve para la logística.
El escenario geopolítico viene marcado por la subida de los precios de la energía y los combustibles, así como el repunte de la inflación en 2022, que desestabilizaron el mercado del transporte y que aún persisten en este 2023.
El sector necesita de un capital humano altamente cualificado y que sea capaz de adaptarse a cualquier escenario, con el fin de seguir prestando un servicio esencial.
Para la entidad supervisora, un 10% de la inflación registrada a finales de 2022 se ha debido a las disrupciones en la cadena de suministro y estima que la mejora en la actividad logística impulsará mayores caídas del IPC este año.
El retroceso en la demanda global impulsa bajadas en los costes de transporte y en los niveles de inventarios, con lo que las cadenas de suministro viven su momento de menor tensión desde septiembre de 2020.
Puma da una nueva vuelta de tuerca a su estrategia de sostenibilidad y aspira a reducir las emisiones de su cadena de suministro con colaboración y digitalización.
Tras años de impactos, las cadenas de suministro globales parece que aprovecharán 2023 para la adaptarse a un nuevo paradigma más tecnológico y colaborativo, más complejo e incierto, con cambios empresariales y en los flujos comerciales globales.