Gracias a un complejo conjunto de sensores personalizados, la embarcación puede ser gobernada de forma totalmente autónoma en servicios de seguridad, vigilancia o eliminación de vertidos, entre otros.
Próximamente, el astillero iniciará la ejecución de un plan de inversiones de más de 160 millones para su transformación digital, además de adaptar sus instalaciones a las necesidades y oportunidades que ofrece el mercado.
Con unas dimensiones ajustadas al máximo a las del canal de Suez, estos petroleros son los primeros de su clase que se construyen en España en los últimos 20 años.
La última unidad de la serie ya se encuentra en construcción en el dique de Puerto Real y junto al Monte Urquiola, se incorporará a la flota de Total, que ya ha cerrado un contrato con Ibaizábal.
Se pretenden incorporar 1.658 trabajadores hasta 2022 y facilitar la jubilación anticipada de 2.200 efectivos, que hayan cumplido 61 años o los vayan a cumplir en el periodo establecido.
Las negociaciones se iniciaron hace meses pero la última propuesta presentada por el astillero incluye "duros recortes para los intereses y derechos de los trabajadores".
La construcción del Monte Urquiola ha supuesto unas 725.000 horas de trabajo con unas 2.000 personas, aunque en los picos más altos se ha llegado a las 2.700.
Bureau Veritas ha entregado ya los Certificados de Clasificación que confirman el cumplimiento de los requisitos del Reglamento de Buques Militares y de las normativas de respeto al medio ambiente marino.