En un "viaje internacional corto", la distancia entre el puerto de destino y la última instalación del país exportador no puede superar las 600 millas, ni los buques navegar a menos de 200 millas de una zona de refugio.
La terminal mantendrá los servicios prestados en la actualidad y ya ha fijado una tarifa del servicio para todas las líneas que operan en la dársena bilbaína.
La ejecución y el cumplimiento de la normativa han despertado dudas entre diferentes actores, dado que esta afecta por igual a cargadores, transportistas, puertos y operadores de terminales.