En un contexto difícil para el transporte marítimo, especialmente el de contenedores, los puertos españoles mejoran sus tráficos y reciben el espaldarazo de administraciones y empresas privadas.
Mientras Europa debate la gestión de sus puertos, los precios del transporte marítimo continúan a la baja, la capacidad de los operadores sigue creciendo y aumentan los servicios que conectan España con otros países.