En momentos de máxima dificultad es cuando responden sectores tradicionalmente olvidados, que siguen al pie del cañón, acostumbrados a las dificultades.
El Gobierno se ha visto obligado a paralizar las obras en marcha durante dos semanas para proteger la salud de los trabajadores y detener la expansión del coronavirus.
Con la declaración del estado de alarma, se mantiene la actividad portuaria para garantizar el transporte de productos esenciales, aunque se ha prohibido la entrada de cruceros en el país.
A lo largo del mes de enero, se han conocido los planes de Renfe para demostrar la viabilidad del GNL en el transporte ferroviario y los de Adif para la creación de áreas de cero emisiones cerca de las estaciones de tren.
El sector logístico abre 2020 con la resaca del fuerte período de actividad en navidades, que se prolonga hasta las reabajas, con un dinamismo que parece continuar y nuevos proyectos en marcha.
Durante el primer mes del año, se han registrado operaciones y se han inaugurado proyectos en Madrid, Cataluña, Valencia, Zaragoza y Málaga, entre otras ciudades.
El sector vive pendiete de unos precios que no crecen al ritmo que aumenta la actividad, pese a los retos normativos y de falta de conductores que se dibujan en un horizonte muy cercano.
El mes de febrero ha estado marcado en España por los efectos de la crisis sanitaria en el transporte marítimo y el cambio en la presidencia de Puertos del Estado.