La factoría de astilleros de Sevilla lleva abierta desde 1953 y en los momentos de mayor actividad, en los años 80, llegó a tener más de 5.000 trabajadores.
El proyecto trata del diseño de nuevas instalaciones de carácter polivalente para facilitar la intermodalidad ferrocarril-carretera y el tratamiento de trenes de 750 m.