Esta nueva construcción de los astilleros españoles, se trata de una rampa levadiza para buques, diseñada para soportar cargas rodantes de hasta 54 toneladas y cargas estáticas de 30 toneladas.
Casi un año después de que entrara en vigor el nuevo sistema, los astilleros nacionales han conseguido retomar la actividad de contratación tras más de dos años de paralización debido al expediente abierto por la Comisión Europea.
El nuevo buque ha supuesto una inversión de 60 millones de euros y cuenta con los últimos adelantos tecnológicos exigidos por las autoridades noruegas para este tipo de nuevas construcciones que trabajan en zonas árticas