La escasa capacidad se ha convertido en una constante del mercado europeo de transporte de mercancías por carretera en los dos últimos años.
Esta situación de falta de camiones presiona los precios en los servicios de transporte incluso en períodos de baja demanda y obliga a los responsables de transporte y logística de los cargadores a hacer equilibrios entre dar un servicio adecuado y mantener los costes bajo control en un contexto cada vez más difícil.
Hasta ahora, los cargadores venían utilizando tenders periódicos y otras técnicas de contratación para acceder a los transportistas que ofrecen los precios más bajos del mercado.
Bajo este esquema, y con un mercado fuertemente atomizado y con mucha oferta, el precio ha sido siempre el principal componente de la relación cargador-transportista, pero, sin embargo, en la actual coyuntura parece que el mercado demanda otras estrategias adaptadas a su situación actual de capacidad contenida, según Freight Perspectives.
En particular, la situación parece pedir relaciones comerciales estables que garanticen tanto contar con capacidad cuando se necesite, como un esquema de precios conocido o, al menos, previsible, a expensas de la evolución que vivan los precios de los combustibles, uno de los principales costes del transporte.
Pese a todo, dista mucho de que en este panorama los transportistas tengan el control del mercado. Se trata más bien de una nueva coyuntura impulsada entre otros factores por la escasez de conductores y por la mala imagen social del sector.