Los datos del último informe de la Asociación Española de la Carretera sobre el estado de la red viaria española estiman en más de 13.000 millones la inversión necesaria para su correcta conservación. Estas cifras han vuelto a poner en el punto de mira la cuestión de la financiación de estas infraestructuras, clave para mejorar la seguridad vial, pero también para alcanzar metas como la digitalización y la sostenibilidad.
El asunto se debatirá durante la 33ª Semana de la Carretera organizada por la propia AEC, que arranca el 10 de septiembre y abordará asuntos clave como la innovación tecnológica y la sostenibilidad de la red, la seguridad vial o la gestión del transporte urbano, con la consiguiente financiación necesaria.
La primera mesa redonda del encuentr pondrá el foco en la creación, consolidación y financiación de una red viaria adecuada a las necesidades del país. En ella estarán representados tanto el Ministerio de Transportes como algunas empresas y asociaciones sectoriales. También se tratará este asunto en la última sesión del programa, dedicada a la conservación y financiación de las redes de las diputaciones provinciales.
Por otro lado, el programa abarca desde la digitalización y la sostenibilidad hasta la seguridad vial y el transporte urbano. En este sentido, el reto de la movilidad está unido al avance de la carretera digitalizada y conectada, fundamental para conseguir una mayor sostenibilidad del sistema, una movilidad más eficiente, un incremento de la seguridad vial y la optimización de los recursos económicos.
El congreso se estructura en cinco bloques, que abarcan desde una mirada a la historia y evolución de la red estatal de carreteras hasta los nuevos desafíos que plantean la digitalización, la sostenibilidad y la movilidad conectada, pasando por la consolidación de las infraestructuras autonómicas y provinciales o la gestión de la movilidad urbana desde los ayuntamientos.
La seguridad vial tendrá un protagonismo especial, con un repaso a décadas de avances y la presentación de AECTech, un proyecto de la Asociación Española de la Carretera que aprovecha datos de múltiples fuentes para mejorar la seguridad vial, optimizar el flujo de tráfico y fomentar la sostenibilidad ambiental en áreas urbanas y rurales, entre otras funcionalidades.
Por último, se dedicará tiempo a cuestiones como la obligación de establecer Zonas de Bajas Emisiones, la congestión, la seguridad de los usuarios más vulnerables como ciclistas y peatones, o la generalización de los vehículos de movilidad personal y el conflicto que generan al compartir espacio con otros usuarios.