La Autoridad Portuaria de Tarragona ha sacado a licitación la concesión para la terminal multipropósito del Muelle de Andalucía, enfocada en el tráfico de contenedores, carga general no contenerizada, vehículos, ro-ro y carga de proyecto, pero excluyendo los graneles líquidos y sólidos.
El puerto activa así la primera de las palancas para transformar su modelo operativo, atrayendo tráficos de alto valor añadido que lo consoliden como un nodo logístico de referencia en el Mediterráneo y en Europa. La idea es evitar usos extensivos o poco cualificados del dominio público portuario, apostando por una mayor especialización, eficiencia operativa y compatibilidad funcional con otras terminales.
El Consejo de Administración ha aprobado el pliego de condiciones para escoger un operador para la construcción y explotación de una terminal de mercancías polivalente, abierta al uso general y anexa al Muelle de Andalucía, que ofrece una superficie mínima de 226.109 m² de dominio público portuario terrestre, aunque esta superficie es ampliable hasta los 452.218 m², en función del proyecto.
El título concesional tendrá una duración mínima de 20 años, que podrá llegar hasta los 50, según las características de la propuesta. En cuanto a la inversión privada mínima prevista, será de 20 millones y permitirá acondicionar el espacio para llevar a cabo operaciones de carga y descarga de mercancías en contenedor y de carga general no contenerizada.
Futuro concesionario
En cuanto a los tráficos previstos, la terminal deberá mover un volumen mínimo de tráfico de 125.000 TEU equivalentes anuales a partir de 2031. La Autoridad Portuaria también valorará que el operador disponga de acuerdos comerciales firmes con cargadores y navieras, así como capacidad para generar empleo cualificado e impactos positivos en el ecosistema logístico-industrial.
El objetivo es captar operadores globales que actúen como socios estratégicos, con capacidad para generar una actividad económica estable y transformadora. Más allá de su capacidad para aportar tráfico propio o vinculado a alianzas previas consolidadas, el futuro operador también deberá tener una visión a largo plazo respecto a su implantación en el puerto y una estrategia alineada con la del puerto, así como solvencia técnica, experiencia internacional y capacidad de inversión.
Además, el futuro concesionario no deberá centrarse únicamente en el movimiento eficiente de mercancías, sino en la transformación del espacio concesional en una instalación operativa avanzada, integrada en la cadena logística y generadora de valor económico.