El sector marítimo estadounidense insta a buscar soluciones al problema planteado por las tasas portuarias

El más que previsible aumento de los fletes de los envíos por vía marítima afectará a toda la cadena de suministro, con la consiguiente repercusión en los costes de producción para las empresas estadounidenses y, en última instancia, para los consumidores.

20/04/2025 a las 22:15 h
La WSC insta a la Administración Trump a reconsiderar las tasas portuarias, que corre el riesgo de perjudicar al mercado estadounidense.
La WSC insta a la Administración Trump a reconsiderar las tasas portuarias, que corre el riesgo de perjudicar al mercado estadounidense.

El Consejo Mundial de Transporte Marítimo (WSC) ha expresado su preocupación por el régimen de tasas portuarias anunciado por el Gobierno de Donal Trump por las reprcusiones negativas que del mismo pueden derivarse sobre el comercio estadounidense, además de perjudicar a los fabricantes estadounidenses y debilitar los esfuerzos para fortalecer la industria marítima del país.

En opinión del WSC el sector marítimo estadounidense necesita una estrategia legislativa e industrial a largo plazo. A pesar de las iniciativas positivas para fortalecer la construcción naval, los puertos y la resiliencia de la cadena de suministro en Estados Unidos, para el presidente y director ejecutivo del Consejo Mundial de Transporte Marítimo, Joe Kramek, "el régimen de tasas anunciado por la administración norteamericana es un paso en la dirección equivocada, ya que aumentará los precios para los consumidores, debilitará el comercio estadounidense y contribuirá escasamente a revitalizar la industria marítima estadounidense”.

Régimen de Tarifas del USTR

Para el Consejo Mundial de Transporte Marítimo (WBC) la aplicación retroactiva de tasas protuarias a buques no ofrece ningún apoyo a la construcción naval estadounidense y, en cambio, puede perjudicar a los exportadores estadounidenses, en particular a los agricultores, en un momento en que el comercio mundial se enfrenta a una presión significativa. Estas sanciones retroactivas perturban la planificación de inversiones a largo plazo, generando nuevos costes y la imposibilidad de contar con previsiones, tanto para las empresas como para los consumidores estadounidenses.

Por otro lado, la estructura de tarifas en función del tonelaje neto de los buques penaliza desproporcionadamente a los buques más grandes y eficientes que transportan bienes esenciales, incluidos los componentes utilizados en las líneas de producción estadounidenses. Casi la mitad de todas las importaciones de transporte marítimo de línea a EE. UU. se utilizan directamente en los procesos de producción nacionales.

El régimen de tasas anunciado por la administración norteamericana es un paso en la dirección equivocada, ya que aumentará los precios para los consumidores, debilitará el comercio estadounidense y contribuirá escasamente a revitalizar la industria marítima estadounidense.

El más que previsible aumento de los fletes de estos envíos afectará a toda la cadena de suministro, con la consiguiente repercusión en los costes de producción para las empresas estadounidenses y, en última instancia, para los consumidores. También penalizará a los puertos estadounidenses, que han realizado importantes inversiones para ampliar su capacidad para gestionar los buques portacontenedores más grandes que operan en este sector.

Además, las medidas de la USTR de la última semana han incluído una nueva tasa, no anunciada previamente, basada en la capacidad de Unidades Equivalentes de Automóvil (CEU) para casi todos los transportistas de vehículos del mundo. Esta medida arbitraria, dirigida a todos los buques construidos en el extranjero, ralentizará aún más el crecimiento económico de Estados Unidos y aumentará los precios de los automóviles para los consumidores estadounidenses, sin que esto suponga incentivar la inversión marítima estadounidense.

Por último la WSC también ha señalado importantes preocupaciones en el ámbito legal, dado que las tasas propuestas parecen ir más allá de la autoridad otorgada por la legislación comercial estadounidense.

La WSC insta a la Administración a reconsiderar esta medida contraproducente, que corre el riesgo de perjudicar al mercado estadounidenses, sin que esto se traduzca en un progreso significativo en la revitalización de la industria marítima estadounidense.

Una llamada a adoptar soluciones "constructivas"

El Consejo Mundial de Transporte Marítimo ha reafirmado su compromiso a colaborar con la administración Trump y con los agentes afectados para encontrar soluciones que contribuyan a fortalecer el sector marítimo estadounidense. Las medidas de apoyo a la construcción de buques, como incentivos específicos para la inversión, mejoras de infraestructura y procesos regulatorios simplificados, pueden generar beneficios duraderos sin interrumpir el comercio estadounidense ni aumentar los costes.

El sector de la construcción naval estadounidense enfrenta limitaciones significativas, como la acumulación de pedidos militares y la continua escasez de mano de obra. A lo que hay que sumar la escasez de marineros estadounidenses capacitados y certificados, lo que limita el potencial de expansión del transporte marítimo con bandera estadounidense, incluso en el caso de que se mejore el marco regulatorio.

El transporte marítimo de línea representa el 65% del comercio marítimo estadounidense, aporta más de 200.000 millones de dólares anuales a la economía estadounidense y supone 6,4 millones de empleos estadounidenses, con más de 420.000 millones de dólares en salarios. 

Desde el Consejo Mundial de Transporte Marítimo se insta a los responsables políticos a "implementar estrategias que fomenten el crecimiento, fortalezcan la resiliencia de la cadena de suministro y eviten acciones que puedan perjudicar a los exportadores, productores y consumidores estadounidenses en un momento en que el comercio mundial ya se encuentra bajo presión”.

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