Las naves logísticas están experimentando una transformación estratégica que va más allá del almacenamiento y la distribución de mercancías, pues gracias a la instalación de sistemas fotovoltaicos de autoconsumo combinados con baterías de almacenamiento, pueden convertirse en auténticos hubs energéticos, capaces de generar su propia electricidad, mejorar su sostenibilidad y reducir su dependencia de la red.
En España, el sector logístico es uno de los mayores consumidores de electricidad dentro del ámbito industrial. De hecho, una nave logística de tamaño medio puede llegar a consumir incluso más de 1.000 MWh al año, lo que se traduce en costes significativos y en un elevado impacto medioambiental.
Además, la contaminación causada por los procesos logísticos tiene un impacto importante en el medio ambiente, especialmente por las emisiones de dióxido de carbono derivadas del transporte de mercancías. Según la Agencia Internacional de la Energía, el transporte de mercancías genera alrededor del 10% de las emisiones mundiales, principalmente por el tráfico de camiones, por lo que el autoconsumo se presenta como una solución rentable y sostenible.
Wattkraft, especialista en la distribución de soluciones de autoconsumo industrial, considera que estas instalaciones ofrecen un ahorro económico inmediato, pues la instalación de paneles solares permite reducir notablemente los importes de la factura eléctrica, dependiendo del tamaño del proyecto y del perfil de consumo.
Además, la combinación de generación fotovoltaica con baterías asegura que la nave siga operativa incluso en periodos con clima menos favorable para la producción de energía solar o frente a interrupciones de la red eléctrica. Gracias a las baterías es posible el autoconsumo inteligente, que carga cuando hay un excedente de energía solar y descarga en las horas pico según los precios de OMIE o el denominado ‘peak shaving’, que cubre y apoya picos de demanda, volcando energía y evitando sobrepasar la potencia contratada de la red.
Cada kWh producido evita aproximadamente 0,5 kg de CO₂, contribuyendo a cumplir objetivos de descarbonización y a minimizar el impacto ambiental de toda la cadena logística, desde el almacenaje hasta la distribución y transporte de mercancías. Igualmente, una nave equipada con sistemas fotovoltaicos y baterías incrementa su valor de mercado y se vuelve más atractiva para futuros arrendatarios o compradores.
Finalmente, las naves que integran BESS y autoconsumo están mejor preparadas para instalar cargadores de vehículos eléctricos sin necesidad de costosos aumentos de potencia o reformas en la red interior, además de que se reduce su exposición a la volatilidad del precio eléctrico y se pueden planificar con mayor precisión los costes operativos a largo plazo.
Transformar una nave logística en un hub energético mediante autoconsumo fotovoltaico e integración de baterías no solo representa eficiencia y sostenibilidad, sino que abre la puerta a nuevas oportunidades de negocio. Las empresas pueden aprovechar su infraestructura energética propia para desarrollar servicios adicionales, como la venta de excedentes a otros operadores o la implementación de sistemas de carga para flotas eléctricas, posicionándose como referentes en innovación dentro del sector logístico.