A medida que se acercan fechas clave para el consumo, como el Black Friday, el Cyber Monday o la temporada navideña, los comercios electrónicos deben activar sus estrategias para gestionar los picos de demanda sin que la experiencia de compra se vea afectada.
No contar con una infraestructura tecnológica robusta ante la llegada de fechas de este tipo puede suponer la pérdida de ventas y la erosión de la reputación de la marca. Por ejemplo, en la gestión de pagos 'on-line', un proceso que falle, se ralentice o genere desconfianza tiene un impacto directo en las decisiones de compra de los usuarios.
Según explican desde PaynoPain, proveedor de soluciones de pago, los consumidores no están dispuestos a asumir fricciones en el proceso de pago cuando la demanda es más alta. Un estudio que ha realizado revela que un 58% de los encuestados intentaría realizar de nuevo la compra si encuentra un error en el pago, pero un 11% la abandonaría definitivamente, lo que implica no solo ventas perdidas en un momento clave para el comercio online, sino que una parte significativa de estos consumidores podría acudir a la competencia.
Además, un 17% trataría de insistir hasta que el pago fuera procesado y un 14% esperaría para intentarlo más tarde. La impaciencia, en cualquier caso, es más evidente en las generaciones más jóvenes, como los millennials y la Gen Z, mientras que los consumidores de mayor edad suelen mostrar una mayor disposición a esperar o reintentar más adelante.
A la vista de estos datos, es evidente que en escenarios de gran volumen de transacciones, las pasarelas de pago deben ofrecer no solo seguridad, sino también fiabilidad y capacidad de respuesta inmediata. La rapidez en la autorización, la estabilidad de la plataforma y la adaptación a los métodos de pago preferidos por los usuarios son ya factores imprescindibles para fidelizar a los clientes.
Los e-commerce deben prepararse con antelación para los picos de demanda, pues los sistemas deben ser capaces de absorber picos masivos de transacciones sin sufrir ralentizaciones ni caídas. En campañas como el Black Friday, un aumento repentino de miles de compras simultáneas puede colapsar plataformas poco preparadas, por lo que la clave está en contar con infraestructuras flexibles y escalables en la nube, que permitan responder al incremento en tiempo real sin comprometer la experiencia.
Además, es recomendable reducir los pasos necesarios para completar la transacción, ofrecer un diseño intuitivo y garantizar tiempos de carga mínimos, lo que aumenta la conversión y genera confianza en el consumidor. También se debe apostar por entornos de compra seguros, apoyados en tecnologías como la tokenización o la autenticación biométrica, para reducir el riesgo de abandonos y fomentar la fidelidad.
Respecto al modo de pago, aunque la tarjeta sigue siendo el dominante, está aumentando el uso de wallets digitales o soluciones de pago aplazado como BNPL. Un e-commerce preparado para grandes campañas comerciales debe ser capaz de integrar múltiples métodos de pago en un único entorno, adaptado tanto a consumidores locales como internacionales.
