El cumplimiento de objetivos de reducción de emisiones, atender las necesidades de los clientes y proporcionar información para procesos internos de toma de decisiones impulsan la medición de la huella de carbono a lo largo de la cadena de suministro, según el último Barómetro de Sostenibilidad presentado por Aecoc esta semana en Madrid con motivo de la entrega de sus premios Lean&Green.
En concreto, el análisis señala que un 60% de las 79 empresas líderes en sostenibilidad encuestadas mide su huella logística para alcanzar el nivel de emisiones que se ha fijado, mientras que un 21% lo hace para atender las reclamaciones de los clientes al respecto y un 13% lo hace para apoyar la toma de decisiones a nivel interno.
De igual modo, este documento constata que un 93% de todas ellas han invertido para mejorar sostenibilidad y en esta misma línea se constata que la mitad de todas ellas han realizado inversiones significativas en este campo.
Almacenes y transporte
Así mismo, el trabajo también apunta que en el caso concreto de los almacenes, las medidas de sostenibilidad que más se emplean son las relacionadas con la gestión de residuos, la inversión en nuevas tecnologias, el uso racional de la energía eléctrica, la incorporación de maquinaria más eficiente e instalaciones de autoconsumo eléctrico.
A su vez, en el transporte las medidas de sostenibilidad parecen concetradas en mejorar la eficiencia, principalmente con acciones para optimizar rutas y cargas, de conducción eficiente y de mantenimiento preventivo.
Así mismo, el análisis de Aecoc también destaca los avances en digitalización que se están produciendo en el ámbito del transporte, pero, al mismo tiempo, también constata una baja adopción de los combustibles alternativos, salvo en el caso de HVO, así como de los vehículos de cero emisiones, cuya incorporación avanza, pero a ritmo lento, y circunscrita mayormente a la corta distancia.
Con todo ello, parece que las empresas parecen apostar por medidas con impacto a corto plazo sobre los niveles de emisiones. De igual manera, la inteligencia artificial también se ve como un agente que podría facilitar la descarbonización de la actividad logística, especialmente en la planifcación, así como en previsión y en operaciones de mantenimiento. Al tiempo, parece que la adopción de desarrollos más avanzados de inteligencia artificial, como torres de control o gemelos digitales, es más lenta.
Por otro lado, el informe de Aecoc también apunta a las barreras que impiden un mayor grado de descarbonización y que están relacionadas con los costes de la inversión en tecnologías limpias, la falta de oferta de vehículos con combustibles alternativos, la falta de ayudas públicas para impulsar la inversión en este ámbito y la existencia de normativas heterogéneas y dispersas.
Además, el análisis constata que cada vez más contratos incluyen cláusulas ESG, con un 25% que las adopta de manera sistemática. Los aspectos que más se ciñen a nivel contractual son medidas de optimización de rutas, de intercambio de datos para cálculo de emisiones y el despliegue de incentivos económicos por un transporte con menor huella de carbono.
Finalmente, el barómetro también apunta algunos riesgos que tiene no descarbonizar, como posible sdaños a la reputación de la marca, reducción de cuota de mercado y penalizaciones por incumplimento de la normativa.
