Por una vez, y sin que sirva de precedente, estoy de acuerdo con el ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, señor Puente.
He manifestado en alguna ocasión, que el señor ministro es un gran defensor del ferrocarril en menoscabo de la carretera y lo demuestran los hechos. En todos los incidentes sufridos por el ferrocarril desde que el señor Puente accedió al cargo, ha adjudicado la responsabilidad de los mismos a otros actores
En el último, me refiero al ocurrido en la estación de Chamartín cuando un tren Avlo sufrió una avería en un túnel y los pasajeros tuvieron que romper las ventanillas para poder salir, tanto el ministro como Renfe realizaron declaraciones en las que trasladaban la responsabilidad de lo ocurrido a Talgo, fabricante del tren.
Pues bien, estoy de acuerdo y por ello, propongo que los transportistas exijan la derogación del artículo 17.3 del Convenio relativo al Contrato de Transporte Internacional de Mercancías por Carretera (C. M. R.) que establece que el transportista no puede aducir, para exonerarse de responsabilidad, defectos en los vehículos de que se sirve para realizar el transporte.
Ya está bien de que el pobre transportista tenga que hacerse cargo de retrasos en la entrega o del daño producido a las mercancías como consecuencia de una avería del vehículo que, encima, le ha costado un ojo de la cara.
Si esto no puede ser, que será lo más probable, sí que animo desde aquí a que cuando a un transportista se le rompa el camión, demande al fabricante como consecuencia de los perjuicios sufridos. Espero entiendan la ironía
Estoy de acuerdo con la propuesta de Sumar de poner el foco de la inspección en las empresas de transporte por carretera, porque son unas explotadoras y por eso no tienen conductores”.
También estoy de acuerdo con la propuesta de Sumar que ha hecho suya la ilustre vicepresidenta y ministra de Trabajo y Economía Social, de poner el foco de la inspección en las empresas de transporte por carretera, porque son unas explotadoras y por eso no tienen conductores. Debían seguir el ejemplo el resto de los responsables de trabajo de los distintos gobiernos de la Unión Europea, Reino Unido o de Estados Unidos, por no citar más países, donde existe el mismo problema de falta de conductores. Ah, y la reducción de la jornada es por lo mismo; si se trabaja menos, habrá más trabajadores.
Supongo que también habrán entendido el sarcasmo, no me gustaría que me apedreasen.
En fin, cuando la inutilidad se instala en un gobierno, es mejor que no hagan nada, como el señor ministro, a que se le ocurra poner en práctica ideas geniales como las de la señora vicepresidenta.