La transición a energías verdes y nuevas formas de autosuficiencia energética está ganando importancia en el sector inmologístico, aunque aún requiere mayor colaboración y compromiso por parte de los actores involucrados, así como más ayudas y más apoyo a nivel institucional.
Desde hace años, el sector ha puesto el foco en la construcción de edificios bajo los más altos estándares de sostenibilidad, así como la puesta en marcha de medidas de ahorro energético, como una iluminación eficiente o la optimización de los equipos de climatización, que ayudasen a los inquilinos a reducir su factura energética.
No obstante, desde hace un tiempo también se están tratando de implementar sistemas que garanticen el uso de energías limpias durante todo el ciclo de vida de los almacenes, un objetivo que pasa por la instalación de paneles solares en las cubiertas, el uso de soluciones de almacenamiento en baterías o el desarrollo de hubs de recarga para el uso de vehículos eléctricos.
Instalaciones fotovoltaicas
En lo que se refiere a las instalaciones fotovoltaicas, existen diferentes fórmulas para su gestión. La energía generada por las placas solares puede utilizarse para abastecer el consumo de los inquilinos de los centros logísticos, que a veces optan por este sistema para reducir la dependencia de la red eléctrica y promover las energías renovables.
Sin embargo, también puede canalizarse el excedente a la red local, proporcionando al municipio correspondiente un suministro eléctrico verde y fiable.
Además, la idea de algunos promotores pasa por construir instalaciones grandes y dejarlas preparadas de modo que si el inquilino no acepta el precio o no va a necesitar toda esa energía disponible, esta pueda venderse a otros consumidores interesados para rentabilizar las instalaciones.
Por tanto, en este contexto, es importante tener en cuenta no solamente la producción de energía, sino su almacenamiento y comercialización. En este contexto, algunas instalaciones van incorporando ya soluciones de almacenamiento en baterías para el excedente de energía generado por la energía fotovoltaica en las cubiertas y otras fuentes de energía renovables.
Grupo Caliche y EGD pusieron en marcha a principios de 2025 la primera plataforma logística de España totalmente desconectada de la red eléctrica”.
Como explican desde GLP, la combinación de soluciones de recarga con otras de almacenamiento y generación de energía renovable, ofrecen nuevas opciones ante las diferentes realidades, necesidades y limitaciones locales.
La promotora, que cuenta con un negocio denominado GLP Clean Energy para impulsar el uso de energías renovables, cree que es preciso innovar de maneras que beneficien tanto a los clientes como a la comunidad local.
Otro ejemplo de este tipo de prácticas es el de Prologis, que cerró en 2024 un acuerdo con Acciona Energía para instalar plantas solares generadoras de energía limpia y sostenible en varios de sus activos en España, con la idea de superar su objetivo de alcanzar 1GW de capacidad este 2025.
Además, Grupo Caliche y EGD pusieron en marcha a principios de este año en Murcia la primera plataforma logística de España completamente desconectada de la red eléctrica.
La instalación combina un sistema de paneles solares con baterías de litio e inversores para una gestión eficiente de la energía. La generación eléctrica se distribuye a través de una microred que alimenta todas las operaciones del centro.
Almacenamiento en baterías
A medida que avanza el despliegue de las energías renovables, también lo hace la demanda de almacenamiento, por lo que es importante tener muy presente el impacto que pueden tener en este ámbito los sistemas de almacenamiento de energía en baterías, también conocidos como BEES, que se están posicionando como un elemento fundamental para la seguridad energética y la transición energética en el sector.
Estos sistemas facilitan el almacenamiento de energía procedente de fuentes renovables como la solar y la eólica, y van desde pequeñas unidades que almacenan energía fuera de las horas punta hasta grandes sistemas conectados a la red capaces de inyectar energía cuando sea necesario.
En este sentido, pueden ayudar a hacer frente a la intermitencia de las energías renovables y a las limitaciones de la red, proporcionando una alternativa fiable y sostenible a las soluciones de respaldo tradicionales, como los generadores diésel.
Al mismo tiempo, pueden ayudar a reducir la capacidad contratada con las compañías eléctricas, lo que conlleva un ahorro de costes y promueve la sostenibilidad en los proyectos inmologísticos.
Según apuntan desde Savills, se trata de proyectos más fáciles de desarrollar debido a sus menores riesgos de planificación en comparación con otras tecnologías renovables y a su gran atractivo para los propietarios de terrenos, dada su menor huella y sus elevadas rentas que suponen.
Los continuos avances tecnológicos, como los períodos de sustitución de las celdas más largos y el aumento de la potencia, permiten una mayor duración de los proyectos y un menor coste del almacenamiento, lo que a su vez aumenta el mercado potencial y sigue proporcionando rendimientos suficientes a los inversores.
En general, las perspectivas a largo plazo para el almacenamiento de energía en baterías siguen siendo muy prometedoras, como indica la consultora, que pone de ejemplo el mercado de Reino Unido. Allí, se ha generado una fuerte sobreoferta, con una cartera total de proyectos que suman alrededor de 127 GW, más de cinco veces los 25 GW requeridos según el plan Clean Power 2030.
El caso español
A pesar de la alta penetración de las energías renovables, en España aún no se han construido los primeros proyectos de sistemas de almacenamiento de energía en baterías de gran envergadura.
Así queda reflejado en un reciente informe de Rabobank, según el cual en el mes de abril de 2025, la capacidad instalada en España era de tan solo 60 MW, mientras que el Reino Unido e Italia ya contaban con 5,6 GW y 1 GW de capacidad totalmente operativa.
En España, aún no se han construido los primeros proyectos de sistemas de almacenamiento de energía en baterías de gran envergadura”.
Sin embargo, las necesidades de almacenamiento de energía de cara a 2030 son similares a las de estos países, pues en el Plan Integrado Nacional de Energía y Clima, se propone alcanzar los 22,5 GW de almacenamiento de energía para integrar la creciente capacidad de generación intermitente.
En total, se calcula que para esa fecha la generación solar aumentará de 32 GW a 76 GW, y la eólica pasará de 32 GW a 64 GW, undesafío se verá agravado por el desmantelamiento previsto de las centrales de gas. Será necesario, por tanto, contar con una fuerte capacidad de almacenamiento, teniendo en cuenta además la limitada capacidad de interconexión de la Península Ibérica con el resto de Europa.
No obstante, desde Rabobank admiten también que España cuenta con 6,3 GW de capacidad instalada de almacenamiento hidroeléctrico y 1 GW de almacenamiento térmico, por lo que su capacidad actual sin tener en cuenta los sistemas BESS ya es superior a la de cualquier otro país europeo.
En consecuencia, consideran que la necesidad de estos para integrar las energías renovables en el sistema eléctrico resulta también menos urgente que en el Reino Unido, por ejemplo.

Asimismo, la regulación para los proyectos BESS ha sido hasta ahora insuficiente, y el progreso en las correspondientes actualizaciones ha sido más lento que en otros países europeos.
Por su parte, el informe indica que las condiciones del mercado en España también han sido relativamente poco atractivas como para justificar hasta ahora las inversiones en este ámbito.
Planes a futuro
Según los planes climáticos de España, la idea es que entren en funcionamiento 15 GW de almacenamiento adicional en los próximos cinco años, y los sistemas de almacenamiento de energía en baterías presentan más ventajas frente a otras tecnologías gracias a sus plazos de implementación más cortos.
El rápido crecimiento de la capacidad de este tipo de proyectos en países como el Reino Unido, Italia y Alemania demuestra que pueden desempeñar un papel clave para alcanzar la capacidad de almacenamiento necesaria.
Además de los proyectos de sistemas de almacenamiento de energía en baterías independientes, Rabobank prevé un crecimiento significativo en los proyectos de almacenamiento integrados, pues las baterías pueden mejorar la viabilidad de los proyectos eólicos y solares al optimizar el uso de la conexión a la red.
Según BloombergNEF, la capacidad total actualmente en desarrollo de sistemas de almacenamiento de energía en baterías en el país ronda los 3 GW. Sin embargo, las solicitudes de capacidad de conexión solicitada a Red Eléctrica suman 22,1 GW. Si todos estos proyectos se materializaran con la capacidad solicitada, se alcanzarían prácticamente los objetivos nacionales para 2030.
El crecimiento de estos proyectos en Reino Unido, Italia y Alemania demuestra que pueden desempeñar un papel clave en el futuro”.
Finalmente, cabe apuntar que, según datos conocidos a finales de octubre, el Gobierno prevé asignar un total de 839,7 millones correspondientes a los fondos europeos Feder 2021-2027 para 143 proyectos de almacenamiento energético.
El éxito de la convocatoria, con 1.750 solicitudes recibidas, ha obligado a aumentar un 20% el presupuesto de 700 millones previsto inicialmente.
Así, se han preseleccionado 81 proyectos de almacenamiento hibridado, 42 de baterías 'standalone', 17 de almacenamiento térmico y tres de sistemas de bombeo. Se calcula que su puesta en marcha supondrá 2,4 GW de potencia adicional y 8,9 GWh de capacidad de almacenamiento.
Andalucía acogería 39 proyectos, Cataluña 17 y la Comunidad Valenciana 14. Les siguen Castilla-La Mancha y Extremadura con 11, y Galicia, con 10, entre las regiones con mayor número de iniciativas. Las nuevas instalaciones contribuirán a proporcionar mayor flexibilidad al sistema eléctrico y favorecerán la integración de las energías renovables.