El 26 de abril de 1956 se llevaba a cabo el primer transporte de mercancía en contenedores entre Newark y Houston.
Con este envío, Malcolm McLean, empresario estadounidense del transporte de mercancías por carretera, veía cumplido un sueño en el que empezó a trabajar a principios de la década de 1950 y que supondría una auténtica revolución para el comercio mundial, que ha vivido un intenso proceso de globalización impulsado por los tráficos intermodales de contenedores.
Hasta la consolidación del contenedor, las mercancías eran estibadas y desestibadas a mano. El proceso era costoso y lento, pero con el nuevo invento se abrió una época de mayor facilidad no exenta de problemas, dado el paso adelante de eficiencia y de reducción de horas de trabajo que implicó.
Al tiempo, McLean creo el primer barco portacontenedoresen abril de 1957, apenas un año después de crear el contenedor, con servicios que enlazaban Nueva York, Florida y Texas, y tras haber experimentado con diversas embarcaciones previas que había adaptado para poder llevar contenedores en cubierta.
En 1958, este emprendedor norteamericano se lanzó al mercado internacionaly puso en marcha la primera conexión de contenedores entre los Estados Unidos y Puerto Rico. Al tiempo, su empresa pasó a denominarse Sea-Land, otro nombre mítico en la historia del transporte marítimo del último siglo.
Posteriormente, en 1963, el propio McLean puso en pie la primera terminal de contenedores de la historia en Nueva Jersey y en 1966 se iniciaron las primeras rutas de contenedores transatlánticas desde Nueva York a Rottterdam, Bremen y el puerto escocés de Grangemouth.
Desde entonces, el contenedor ha cambiado radicalmente las infraestructuras portuarias y el propio tráfico marítimointernacional, que vive un proceso de agigantamiento de los buques portacontenedores que cubren las principales líneas y que obliga a los puertos a adaptar calados, depósitos y playas para poder acoger operativas complejas.
En paralelo, más recientemente se ha abierto paso un proceso de automatización y de robotización de la operativa de estiba y desestiba de contenedores que anuncia una nueva era.
En todo este tiempo, el contenedor se ha convertido en un elemento imprescindible para la globalizacióna medida que el propio equipo ha ido viviendo una evolución acelerada para adquirir, entre otros aspectos, sus actuales medidas estándar, los trincajes en las esquinas que facilitan su estiba y ese diseño corrugado característico que le ofrece mayor solidez.
