
La transición energética es una realidad imparable. De igual modo, la conciencia medioambiental también constituye un elemento de gran impacto social y económico.
Sin embargo, el proceso de descarbonización no siempre se ha abordado con el rigor necesario, e incluso se ha guiado por una aproximación un tanto ilusoriatanto a nivel nacional, como en Europa.
Con el paso del tiempo, se está comprobando que la transición energética en un proceso que requiere en ciertas actividades económicas plazos más largos, apoyo institucional y, sobre todo, seguridad jurídica y neutralidad tecnológica.
En este contexto, representantes del transporte han reclamado en Madrid esta semana que los planes medioambientales de la Unión Europea tengan en cuenta la falta de alternativas tecnológicas en el mercado para renovar las flotas y sus necesidades operativas, contemplando incluso la posibilidad de energías que utilicen los actuales motores de combustión intena.
Por ello reclaman que se tengan en cuenta el uso de tecnologías intermedias que permitan reducir las emisiones contaminantes de manera prácticamente inmediata, en un período transitorio para lo que Ramón Valdivia, vicepresidente ejecutivo de Astic, califica de "transición complicadísima", lo que, como indica José María Quijano, secretario general de CETM, evitaría "la incertidumbre a la hora de invertir" que tiene las empresas del sector.
Así pues, ambas organizaciones empresariales abogan por dar una oportunidad a los combustibles líquidos bajos o neutros en carbono como una opción energética necesaria para la consecución de los objetivos de reducción de emisiones.
En consecuencia, tanto CETM, como Astic participan junto con otras 25 entidades de diferentes sectores, en la la Plataforma para la Promoción de los Ecocombustibles y han suscrito un manifiesto esta misma semana para reclamar diálogo al Gobierno para una transición justa e inclusiva, que contemple la neutralidad tecnológica, elimine la incertidumbre y apoye a los ecocombustibles.
Particularmente, las organizaciones piden al Gobierno español y a las instituciones europeas que "contemplen, promuevan y garanticen la neutralidad tecnológica como eje transversal de la política energética, y como condición indispensable para que las tecnologías energéticas y de reducción de emisiones compitan en igualdad de condiciones y de esta manera, alcanzar cuanto antes el fin propuesto de una descarbonización efectiva y justa".
En esta misma línea, la Plataforma considera "imprescindible incluir los ecocombustibles dentro de los planes de transición energética y movilidad sostenible para el corto, medio y largo plazo, con el fin de favorecer la inversión y el desarrollo de esta energía imprescindible y complementaria a la electrificación".