Los puertos del viejo continente apuestan por simplificar los trámites administrativos.
La Organización Europea de Puertos Marítimos, Espo, aboga por el desarrollo de puertos modernos y bien conectados en el entorno europeo. Este llamamiento llega después de la Declaración de la Valeta, adoptada el 28 de marzo de 2017 como primer hito del Año Marítimo de la Comisión Europea.
Esta declaración está centrada en la digitalización, descarbonización y competitividad del transporte marítimo, y desde la Organización esperan que se trate de la primera de una serie de medidas que ayuden a modernizar los puertos europeos, simplificando el comercio marítimo y mejorando su conectividad e impacto medioambiental.
El conjunto portuario europeo necesita mejorar sus infraestructuras para hacer frente a los desafíos a los que se enfrenta a día de hoy. No obstante, desde la ESPO han recalcado que los recintos portuarios son activos estratégicos que deben tenerse en cuenta a la hora de realizar las inversiones convenientes, por lo que es preciso atender a sus sugerencias y peticiones.
En el actual contexto global, los puertos del viejo continente están apostando por simplificar los trámites administrativo y eliminar los obstáculos aduaneros en el transporte de mercancías en Europa.
La armonización del sector, poniendo a disposición del mismo los últimos avances tecnológicos, es un proceso necesario para mantener su competitividad y para el correcto desarrollo de la ventanilla única, que facilitará las operaciones comerciales del transporte marítimo.
Descarbonización del sector
Desde la ESPO, también han querido resaltar la importancia de cumplir con los objetivos en materia de sostenibilidad propuestos por la Organización Marítima Internacional, OMI.
Así, han destacado que los puertos europeos deben contribuir a la agenda global y europea sobre el clima y la descabornización, y han manifestado que la OMI sería el foro adecuado para introducir medidas para reducir las emisiones de CO2 del transporte marítimo.
En este sentido, cabe destacar que a día de hoy los enclaves europeos están desarrollando una estrategia de 'bajo carbono', con la que pretenden reducir sus emisiones y mejorar su eficiencia energética.La Organización, no obstante, ha advertido de que para conseguir estos objetivos es necesario realizar inversiones que, a corto plazo, "no podrán financiarse".
En seis años, según las declaraciones de la Organización, deberán discutirse las medidas a adoptar y marcarse unos retos concretos, con el fin de que 2023 se convierta en un año histórico para el sector.