La revolución tecnológica en el transporte exige cambios en infraestructuras y normativas

La conducción semi-autónoma será una realidad en cinco años, pero ni las infraestructuras ni las normas están preparadas.

16/05/2017 a las 23:03 h

jornada-las-nuevas-tecnologias-y-su-influencia-en-el-modelo-de-negocio-del-transporte-por-carretera "La normativa actual quedará desfasada con la conducción autónoma", según Joaquín Del Moral.

La revolución tecnológica en el transporte por carretera es una realidad a día de hoy, pero existe una necesidad de adaptación total de las infraestructuras, las normativas y todos los actores implicados en el transporte, para que los avances tecnológicos sean realmente eficaces.

Esta es una de las principales conclusiones de la Jornada 'Las nuevas tecnologías y su influencia en el modelo de negocio del transporte por carretera', que la Fundación Francisco Corell ha organizado recientemente en el Circuito del Jarama de Madrid. 

Con la previsión de que la conducción semi-autónoma sea "una realidad en cinco años", según el presidente de Astic, Marcos Basante, tanto el sector como la Administración coinciden en la necesidad de que esta última se ponga manos a la obra para impulsar una revolución que puede incrementar la movilidad, disminuir la contaminación y mejorar la eficiencia, la transparencia y la profesionalización.

“Hay que pedir al Gobierno que fomente los cambios tecnológicos en nuestro sector. Que no tenga miedo. La tecnología va a permitir que el conductor mejore su calidad de vida y el empresario incremente la eficiencia de sus costes”, ha señalado Basante. 

Por su parte, el director general de Transporte Terrestre del Ministerio de Fomento, Joaquín del Moral, ha reconocido la necesidad de que el Gobierno adapte las regulaciones a la nueva revolución tecnológica.

“La normativa europea es lenta. Actualmente se están resolviendo problemas de una regulación que va a quedar desfasada con la conducción autónoma. Será necesario reformar la reglamentación de Seguridad Social, formación, responsabilidad, seguros, etc", ha apuntado Del Moral antes de asegurar que "todo este proceso tendrá una complejidad tremenda".

Cambios en la infraestructura

En lo que respecta a las infraestructuras, durante el encuentro se ha puesto de manifiesto que "la conducción autónoma no se va a poder desarrollar si no hay un cambio radical en estas". Así lo ha señalado Aniceto Zaragoza, director general de Oficemen, para quien dichos cambios requieren de una "seria reflexión y mucho tiempo e inversión, que no será posible únicamente con los presupuestos públicos". 

Y es que el consumo energético depende de factores como el trazado de las vías y el estado del firme. "Hay un gran sobrecoste de diseño en algunas rutas nacionales y las pendientes suponen una disminución en la eficiencia de consumo de los vehículos pesados", asegura Zaragoza. 

En concreto, la calidad del firme planteará problemas importantes con la conducción autónoma, ya que todos los vehículos pasan por el mismo sitio, no como en la actualidad. Por tanto, al concentrar las cargas en los mismos puntos, la deformación del pavimento crece un 30%.

Por otro lado, los vehículos serán capaces de tomar decisiones en función de la situación de las infraestructuras: Cuando un vehículo detecte un riesgo en la vía y tome la decisión, por ejemplo, de disminuir la velocidad, transmitiendo además la información a otros vehículos, se producirá una gran presión sobre el gestor de carreteras.

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