Las navieras que operan petroleros están reduciendo la velocidad de operación, especialmente de los VLCCs, como ya vienen haciendo desde hace bastante tiempo, los portacontenedores, con el fin de poder hacer frente al aumento del coste del combustible que se viene registrando desde principios de año y a unos índices de fletes que, a pesar de todo,no dejan de descender. Así se desprende de un informe recientemente elaborado por la consultora estadounidense Mcquilling Services.
El principal interés de los fletadores en aumentar la velocidad es reducir su coste financiero, señala Mcquilling Services, ya que teniendo en cuenta un tipo de interés anual de un 10%, sobre 2 millones de barriles de crudo, a 100 $/barril, esto supone un coste financiero de, aproximadamente, 55.000 $/día. Sin duda, este coste, que asume el fletador debido a la reducción de la velocidad, supera con creces la cantidad ahorrada por el armador en combustible.
Sin embargo desde un punto de vista realista, no se puede comparar el coste financiero para el fletador con el ahorro que consigue el armador por navegar a velocidad reducida, incluso aunque se produjese una caída del precio del crudo, ya que en ese caso los precios del combustible descenderían en similar medida.