La cadena de suministro pensada como una maquinaria bien engrasada entró desde el Covid en una nueva etapa. Ya no hablamos de disrupciones puntuales ni de escenarios extremos como anomalías. Hoy los llamados "cisnes negros", como crisis sanitarias, conflictos geopolíticos, aranceles, variabilidad de demanda, se han vuelto parte del paisaje habitual. Lo excepcional se ha vuelto frecuente.
Como empresa tecnológica especializada en supply chain, vemos cómo los equipos de planificación, compras, logística y operaciones están enfrentando una presión inédita: responder más rápido, con menos margen de error y con mayor visibilidad. En este contexto, los agentes de inteligencia artificial ofrecen una capacidad imposible de alcanzar con recursos humanos, correos electrónicos y hojas de cálculo.
Un agente de IA no es simplemente un algoritmo. Es un sistema autónomo y flexible que puede observar, aprender, proponer decisiones y ejecutarlas. ¿Qué impacto tiene esto en nuestro día a día? Enorme.
Tareas que hoy consumen horas, como comparar cientos de precios logísticos o evaluar escenarios de abastecimiento, pueden ser resueltas en segundos. Los agentes de IA van a cambiar para siempre el tipo de trabajo que se hace en los departamentos de supply y departamentos logísticos.
Pasaremos en meses de equipos que ejecutan tareas repetitivas a otros que toman decisiones estratégicas con apoyo de herramientas inteligentes. Se abre un espacio nuevo, donde la tecnología se encarga del cómo, y los profesionales aportan criterio, visión y dirección al por qué y al para qué.
¿Qué significa esto respecto a los puestos de trabajo? Significa repensarlos y transformarlos. Roles como planificadores, responsables de compras o analistas de demanda actuarán (mañana mismo) como orquestadores de sistemas inteligentes; validando escenarios, afinando modelos, y sobre todo, gestionando las excepciones con una perspectiva de negocio.
Las -mal llamadas- soft skills cobran cada vez más importancia. El liderazgo, el criterio, la escucha activa de nuestros clientes y equipos marcarán la diferencia como nunca antes. Estamos ante una evolución que necesita de visión y valentía.
El cambio no es opcional. Los agentes de IA aportan mejoras tangibles en eficiencia, reducción de costes, agilidad de respuesta y satisfacción de cliente. Es una tecnología que mejora la eficiencia interna y el aporte de valor que podemos ofrecer como compañías. O estamos dentro o estaremos fuera.
Y no estamos ante un reto pequeño; nos enfrentamos a un cambio que viene a una velocidad desconocida, los modelos de IA mejoran en saltos cuánticos por semanas; lo que ayer era impensable, hoy es posible y mañana innegociable. Remover fricciones internas es necesario y replantearse continuamente nuestro día a día obligatorio.
Los agentes de IA van a cambiar para siempre el trabajo que se hace en los departamentos de supply y departamentos logísticos”.
Es una revolución cultural, una oportunidad para algunos y una losa para otros. Se abre un mundo con equipos más empoderados, con más tiempo para pensar, colaborar y aportar valor real. Adaptarse a los cambios será la mayor de las ventajas competitivas.
Mi apuesta es evitar el miedo a este nuevo paradigma. Hay que abrazarlo con criterio y liderazgo. Porque en un mundo donde la incertidumbre es la única certeza, contar con sistemas inteligentes que nos ayuden a tomar mejores decisiones no es un lujo, es una necesidad estratégica.