La distribución alimentaria de proximidad en España tiende a concentrarse en fórmulas de proximidad y conveniencia, especialmente a través de supermercados.
El sistema, ya operativo en algunos países europeos desde hace años, consiste en aplicar un depósito que se añade al precio de algunas bebidas en determinados envases, que el consumidor puede recuperar íntegramente al devolverlos en los puntos de recogida habilitados para ese fin.
Las plataformas logísticas de la gran distribución se preparan para el pico de consumo del regreso de las vacaciones, con un especial protagonismo para la compra on-line.
Felipe Medina, secretario general técnico de Asedas, presentará durante esta jornada un informe sobre la distribución mayorista, que se complementará con un debate sobre la relación entre la distribución mayorista y el sector horeca.
Los fieles al comercio electrónico en alimentación buscan, sobre todo, conveniencia, lo que responde a un tipo de consumidor con un alto poder adquisitivo y un estilo de vida urbano.
El objetivo es analizar en profundidad la evolución de la compra de alimentación 'on-line', así como los cambios en los hábitos de consumo, tanto en lo que se refiere al gasto, como a las categorías y la fidelidad.
Se impone la necesidad de acompasar el Real Decreto español al Reglamento europeo desde un enfoque coherente y bajo el prisma de la competitividad empresarial.
El último observatorio de Asedas atestigua que la espiral de inflación y el intento de consumidores por contener el gasto supone un freno para el impulso del canal on-line en productos de alimentación.
El sector de la distribución alimentaria de proximidad en España ha estado marcado en el último año por la guerra en Ucrania y su impacto en el precio de los alimentos.
En Asedas creen que la reconversión de todas las instalaciones a sistemas sin fluorados es irrealizable en los plazos propuestos, ya que, en la práctica, implica el desmantelamiento completo de la instalación.