Los biocarburantes susceptibles de ser mezclados con gasóleo supusieron el 7,19% del total del carburante diésel comercializado en 2011, frente al 5,56% en 2010 y al 4,15% en 2009. También creció el bioetanol que alcanzó el 6,34% de las gasolinas de automoción.
Un biocarburante será considerado sostenible si consigue una reducción de un 35% en las emisiones de gases de efecto invernadero que genere y no proceda ni de cultivos ni de tierras con elevadas reservas de carbono.