Entre 2013 y 2014, Francia, Alemania y Austria comenzaron una ofensiva contra la legislación actual, estableciendo condiciones para penalizar los descansos en cabina e incrementar los requisitos documentales.
Desde la Asociación, también reclaman una definición muy clara de lo que debe considerarse transporte internacional y cabotaje, así como de las diferencias entre ambos.
La UETR exige la profesionalización del transporte ligero, la posibilidad de establecer requisitos adicionales en cada país, la regulación de la actividad de intermediación y un mayor control del cabotaje ilegal.
La Comisión plantea una serie de requisitos que ningún país podrá alterar, frente al margen de maniobra que actualmente tienen las administraciones nacionales.
En Francia, se contabilizan todas las descargas que realiza un transportista en una operación de cabotaje como servicios completos, según ha denunciado la eurodiputada Izaskun Bilbao.
La operación está sujeta a la adquisición de Hamburg Süd por parte de Maersk Line, ya que la naviera danesa se desprenderá de la brasileña para conseguir la aprobación de las autoridades competentes.