Los partidos políticos recogen en sus programas electorales, con mayor o menor detalle, distintos aspectos relativos a las políticas de transporte, con un argumento común que se repite en todos ellos, de priorización de las inversiones en infraestructuras.
El paulatino encarecimiento del carburante, que supone cerca del 35% de los costes de explotación de un camión, puede suponer la desaparición de miles empresas y autónomos del transporte por carretera.