Las navieras continúan cargando y descargando mercancías en todos los puertos chinos, excepto en el de Wuhan, donde las operaciones se suspendieron el 23 de enero.
Si el problema creado por la crisis del coronavirus persiste, hay riesgo de desabastecimiento y de roturas de stock en algunas de sus líneas de producto en pocos meses.
La intención de DSV con esta iniciativa es utilizar sus activos en China para poder ofertar la mayor capacidad disponible entre el país asiático y el continente europeo.
Los puertos españoles están empezando a percibir los efectos, que se trasladan a la actividad del país con un retraso de cuatro semanas de diferencia respecto a Asia.
El grupo ha establecido un fondo de 130 millones de euros para la compra de suministros fundamentales que puedan necesitarse tanto en los centros médicos de Wuhan como en otras ciudades afectadas por el virus.