Los detractores del proyecto vuelven a pedir su cancelación mientras Europa aún dilucida si la evaluación se realizó conforme a las normas comunitarias.
Debido al aporte natural del Río Guadalete, el calado en la canal y en zona próximas a los cantiles ha ido disminuyendo, de tal forma que se hace necesario actuar en determinadas zonas.
Mientras el puerto de Sevilla defiende los beneficios ambientales y económicos del proyecto, la Unesco solicita un "compromiso firme" del Gobierno para cancelarlo.
Los impulsores del dragado esperan mejorar el proyecto a partir de las alegaciones presentadas al Plan Hidrológico, con el fin de obtener el visto bueno del Supremo.